La votación en secreto realizada en el pleno de Meaño para designar a los dos representantes de la corporación en el pleno de la Mancomunidade do Salnés, y cuyos 27 miembros designarán la presidencia en una votación que se presume muy cerrada, arrastra un reguero de polémica. Y es que la ley no contempla votaciones secretas en los plenos reglados, salvo que lo que se decida sea sobre asuntos que "puedan afectar al derecho fundamental de los ciudadanos a que se refiere el artículo 18 de la Constitución", el cual hace referencia al "derecho al honor, a la intimidad personal y familiar, y más a la propia imagen".

Como quiera que el reglamento municipal meañés, aprobado a finales de los 1988, según apuntaba el presidente de la Mancomunidade Gonzalo Durán, no hace mención expresa alguna al voto secreto, por lo que prima la norma de no contemplarse, salvo en lo relacionado con el artículo 18 de la Constitución. Ello dejaría la puerta abierta a impugnar y declarar como nula la votación realizada en el pleno, que salía adelante con los votos de PP y PSOE -y un MI que se posicionó en contra- lo que se apresta a estudiar con letrados la cúpula del Partido Popular para impugnar dicha votación.

A día de ayer Meaño Independiente redactaba un escrito que presentará hoy por registro para solicitar formalmente el derecho a revisar y cotejar las papeletas emitidas en urna por los trece ediles, donde los nombres los escribieron a puño y letra cada uno, lo que deja en entredicho el secreto si la letra se hiciese reconocible. Preguntado sobre la impugnación de la que hablaba ayer Gonzalo Durán, Aspérez Montes evita pronunciarse: "esa es una posición interna del Partido Popular. Ahí no entramos".