Otra de las alternativas principales que se han recuperado en 2018 y que se confirman este año son los cruceros. Su oferta se extiende más allá de los meses de verano y se reservan desde marzo hasta noviembre.
El crucero por el Mediterráneo, una de las alternativas más clásicas, es el más demandado. Esta ruta sí que destaca más en los meses de julio, agosto y septiembre, ya que a la posibilidad cultural que ofrece el parar en cerca de seis ciudades, se le añade el interés de las playas del mar, que también suponen un factor diferencial a la hora de escoger este trayecto.
El precio de este tipo de viajes por el Mediterráneo oscila entre 500 y 700 euros a la semana por pasajero, por lo que es una oportunidad que los clientes consideran buena para conocer lugares, cultura y el lujo del crucero, todo en una semana.
El norte de Europa, más concretamente los Fiordos noruegos, y el Caribe, son las otras dos alternativas más populares en lo que se refiere al turismo marítimo. Estos trayectos, que se sitúan todavía muy lejos del del Mediterráneo, cuentan con un público muy diferente. Al norte de Europa se desplazan vecinos más mayores, quienes superan los 50 años de edad, mientras que al Caribe lo hace un público menos veterano, de entre 25 y 49 años, buscando otro tipo de ocio.
