Un mes después de la construcción del polémico transformador eléctrico de Abuín, cuyas puertas cuando se abran invadirán el dominio público que corresponde al vial, todo parece parado.
Tras visitar la zona la entonces alcaldesa Lourdes Ucha requirió sendos informes al arquitecto municipal, Antonio Vázquez Rosales -que inspeccionaba el punto aquel día con la regidora- y a la Policía Local. Pero un mes después, ninguno de estos documentos ha llegado todavía a las manos del nuevo regidor Carlos Viéitez, por lo que no se han adoptado las medidas correspondientes.
El contenido de ambos informes es el que condicionará como dictaminará el concello sobre el polémico transformador, situado a pie de un estrecho vial, justo en una curva que es el punto más angosto del tramo -3,50 metros de ancho-.
Ampliación
De ser ampliado conforme a la normativa, que establece construir a un mínimo de cuatro metros del eje, el vial llegaría justo a la pared del transformador.
Pero cuando se abran las puertas, se dará la circunstancia de que estas invadirán unos 80 centímetros la calzada, con el consiguiente riesgo de accidente que ello conllevaría, sobre todo para los operarios que tengan que hacer uso de las instalaciones.
Haber construido el transformador no habría supuesto más contratiempo para la empresa eléctrica, toda vez que el terreno adquirido es de una parcela agraria, susceptible de la venta de más terrenos por vía de expropiación, que fue la que se impuso para la ocasión.
Tamaño menor
El citado transformador responde a una estructura de planta cuadrada que, estaba prevista, fuera de 2,10 metros de lado, si bien al final Naturgy la redujo a una estructura menor de 1,80 metros. El transformador tiene como objeto solventar los problemas de baja tensión que viene padeciéndose desde Abuín a la parte alta de la Rúa Santa Lucía en Dena.
