Club eminentemente de formación, el Ribadumia cuenta con un buen número de niños a los que está puliendo en el deporte de las dos ruedas. Desde que se puso en funcionamiento, la entidad se centró en formarlos en el ciclismo de montaña precisamente por el riesgo que supone viajar en bicicleta por carretera. "Hay veces que tenemos que hacerlo, para cruzar de una pista a otra mientras hacemos una ruta, y aunque siempre lo hacemos con gran prudencia y en condiciones de seguridad, el temor de que ocurra algo siempre está ahí", explica Javier Pombo.