Que en Meaño se aprende la música como el andar quedó patente ayer en la Escuela Infantil 0-3 años, que cada verano familiariza ya a los más pequeños con los instrumentos. Y fue así el centro contaba a las 11.30 para la ocasión con un sexto de metales de la Escuela de Música Municipal de Meaño que, dirigido por el maestro Juan Portela, ofrecía un pequeño concierto en el patio para interactuar con los niños. Arrancando con una versión del mítico "The Final Countdown" (Europe), que bailó toda una generación a mediados de los años 80, el sexteto interpretó cuatro piezas, todas ellas en versiones breves, adaptadas a la paciencia de los niños, y en las que Juan Portela explicaba antes de cada una a los pequeños, tareas varias: hacer palmas en una; bailar con pareja en otra; saltar; o, en la tercera, tirar de una sencilla mímica para la ocasión.

Las profesoras del centro habían preparado ya antes a los pequeños para la cita, trabajando con ellos en los días previos un abanico básico de instrumentos, bien a través de la imagen o del sonido, y también con los juguetes. Ayer les tocó en vivo un concierto que contaba con presencia de algunos padres y abuelos que se avinieron a compartir el momento con sus niños.

Después de una experiencia de años Juan Portela refería las claves para llegar a este público, tan joven como exigente, para no aburrirse: "Lo fundamental -explicaba- es elegir un repertorio adaptado para la brevedad, con una base rítmica muy dinámica, y muchas repeticiones, que puedan captar así la atención de los niños para jugar y disfrutar con la música. Y ha de hacerse mejor en un espacio abierto, con un tiempo corto, de lo contrario se cansan, y los músicos nunca debemos aburrir al público, teniendo en cuenta que en este caso debemos llegar a él de una manera diferente si queremos conectar".

"De hecho -agrega- este año decidimos incorporar un cajón para la percusión, y ese sonido es lo que les daba a los niños la base rítmica para bailar y sentir a su manera la música".Al final, como cada año, los pequeños tuvieron la ocasión para acercarse a los instrumentos, tocarlos, experimentar y soplar por la boquila.