Cortegada se convirtió ayer por la tarde en un plató de cine al aire libre para grabar un cortometraje que pretende concienciar a la población sobre la necesidad de frenar la ingente cantidad de residuos que llegan al mar -y lo contaminan- debido a la acción humana. El reparto estuvo formado por una quincena de personas, entre ellas mariscadoras de Amarcarril y sus familias y miembros de la asociación Ameixa Rock, que también colaboró en esta iniciativa del Colegio Oficial de Biólogos de Galicia y del Parque Nacional Illas Atlánticas al que pertenece la isla carrilexa.

El filme se grabó bajo la óptica de la cámara de Jaime Olmedo en una playa de Punta Fradiño, en la parte posterior de Cortegada, la que da a Rianxo. Alba y Mara, ambas hijas de las mariscadoras, son dos de las actrices que aparecen en escena. Una de ellas actúa de protagonista de una historia que se desarrolla una tarde de verano en una playa cualquiera. La niña comenta con su padre (en la ficción) la cantidad de residuos que están desperdigados por la arena, pero el progenitor no le hace demasiado caso y sigue a lo suyo. Entonces la menor va recogiendo la basura y haciendo acopio de ella. Así, encuentra un trozo de plástico, una botella, un tapón, un envoltorio, restos de aparejos de pesca, material de batea, ... Su padre sigue sin darle importancia hasta que su hija llega con un gran manojo de globos en la mano, algunos todavía inflados. "¿Pero qué vamos a hacer con todo esto?", se pregunta el progenitor junto a la montaña de basura. Entonces la niña pide ayuda al resto de bañistas que se encuentran en la playa para recoger entre todos los residuos amontonados.

El corto, aunque una vez editado durará pocos minutos, requirió casi cuatro horas de grabación. "Todos los participantes fueron muy generosos, la verdad es que se dejaron la piel", comenta muy agradecida Saleta González, del Colegio de Biólogos de Galicia. Además, para simular una tarde de verano en la playa, era necesario que los actores y actrices dispuestos para la ocasión estuviesen en bañador, o como mucho, con una camiseta, una indumentaria que al final de la tarde se quedaba escasa teniendo en cuenta que las temperaturas no fueron las esperadas.

Pero las mariscadoras y sus familias se armaron de valor y el cortometraje acabó de rodarse tal y como estaba previsto. Una vez esté montado se difundirá a través de las redes sociales de las entidades que organizan la "II Red para la Recuperación de los Ecosistemas Marinos en el Parque Nacional Marítimo Terrestre das Illas Atlánticas", un proyecto del Colegio de Biólogos de Galicia. Como socios colaboran el Instituto Oceanográfico de Vigo (IEO) y el propio parque nacional, además de la Fundación Biodiversidad y del Ministerio para la Transición Ecológica a través de los fondos Pleamar.

Esta segunda edición del proyecto sobre basuras marinas se centra en las islas de Cortegada y Ons (la primera se desarrolló en Sálvora). Con respecto al archipiélago carrilexo, recientemente se llevó a cabo una actividad de limpieza de sus fondos marinos a bordo de kayaks, pudiendo llegar así a rincones de la costa en los que nunca antes se había actuado. En total, los voluntarios retiraron 145,5 kilogramos de basura que permanecieron amontonados durante varios días en Cortegada para que ayer pudiese usarse como atrezzo en el lugar de la escena del cortometraje.

Entre los residuos hallados predominaban los plásticos (50,7 kilos), seguidos de madera (50 kilos), metal (16,2), vidrio (6,3) o nasas (5 kilos). Destacó la presencia de 1.117 palillos de plástico de batea o los 182 bastoncillos de limpiar los oídos, además de multitud de chupas y pajitas.

Días más tarde apareció el manojo de globos -que también se utilizó en el rodaje- entre unas rocas de la isla. Procede de un reciente acto en un municipio de la zona. Aunque las sueltas de globos suelen realizarse con fines solidarios, hay que tener en cuenta que contaminan el medio ambiente y pueden acabar, como en esta ocasión, en el mar.