La de hoy va a ser la noche más corta y mágica del año. Es la fiesta de San Juan, y con ella llegan tradiciones que se resisten a perderse en el olvido, como la de emplear plantas silvestres para elaborar un agua casi milagrosa y/o medicinal de lo más aromática que, como las típicas hogueras, está especialmente indicada para luchar contra las meigas y espantar la mala suerte y al mismísimo demonio.

Ayer se vendían en mercados como el de Vilagarcía, a razón de dos euros por manojo, que incluía al menos siete especies diferentes. Aquellos que las compraron ya pueden preparar con ellas el agua mágica de San Juan, y los que no aún están a tiempo de conseguirlas hoy, ya sea en mercadillos ambulantes como el de Padrón o dándose un paseo por el campo.

Dice la tradición que las flores de San Juan, capaces también de curar la envidia, deben ser depositadas en un capazo lleno de agua recogida de siete fuentes -pueden ser menos y también sirve la del grifo- que debe pasar la noche a la intemperie, para empaparse del rocío de esta entrañable jornada que marca el solsticio de verano.

De este modo San Juan podrá bendecir esa combinación de colores y aromas al amanecer, dando como resultado una mágica loción para lavarse el cuerpo, o como mínimo, la cara y las manos.

Es un agua de colonia natural con un olor inconfundible que, según contaban los abuelos, ayuda a combatir a las meigas, por lo que también es aconsejable que las partes lavadas con ese milagroso líquido se sequen al aire.

Aquellos que no creen en eso de las meigas también pueden aferrarse a esta tradición para aprovechar la colonia resultante o destinar las hierbas a otros usos, pues tras dejarlas secar al sol durante unos días pueden emplearse para elaborar infusiones naturales y como ambientador.

La conocida como hierba de San Juan o hipérico, el helecho macho, hinojo ( fiuncho), la malva, hierba luisa, romero, codeso, laurel, sauco, el nogal y las rosas silvestres son algunas de las plantas y hojas utilizadas, como las de vid, higuera y tantas otras.

Lo saben bien mujeres como María del Carmen Búa Piñeiro, de la floristería Rosalía -en Corón (Vilanova) y Moraña-, que ayer vendía en el mercado ambulante de Vilagarcía -como hoy lo hace en el de Padrón- manojos de plantas que incorporan especies como "manzanilla, romero, lavanda, hierba de San Juan, fiúncho (hinojo), eucalipto y ruda".

Despachó una buena cantidad, a un precio de dos euros el manojo. Lo mismo que costaban en el puesto de Charo Cores, que tiene un almacén en Vilagarcía y lleva "toda la vida vendiendo estas plantas en la plaza" vilagarciana. También agotó existencias, ofreciendo a sus clientes un lote compuesto de "malvarrosa, hierba luisa, romero, hierba de San Juan, manzanilla, ruda, anís ( fiuncho), hojas de higuera y de parra", entre otras.

Todo esto es, en cualquier caso, solo una de las múltiples tradiciones o supersticiones que rodean la festividad de San Juan.