La extraña alianza del BNG y el PP de Catoira -avanzada por FARO DE VIGO días antes de la sesión de investidura- tiene sabor agridulce para sus protagonistas. Por un lado lograron una victoria que perseguían desde hace tiempo, pues lograron apartar de la Alcaldía al socialista Alberto García. Pero por otra parte, el hecho de unirse en esta causa ha costado una especie de reprimenda a los conservadores y un expediente sancionador a los nacionalistas.

Estos últimos son los más beneficiados, ya que con solo tres ediles consiguieron una Alcaldía que históricamente les resultó misión imposible. Colocaron en ella a su jefe de filas, Juan Castaño, pero lo hicieron tras recibir el respaldo de los tres ediles electos del PP.

Pero a la cúpula del BNG en Santiago, que desde un primer momento prohibió a sus representantes catoirenses que pactaran con los conservadores, no les ha gustado nada lo sucedido, de ahí que su portavoz nacional, Ana Pontón, anunciara ayer que sus tres representantes tienen que enfrentarse ahora a un "expediente sancionador" y a una "suspensión cautelar de militancia".

Evidentemente el Bloque quiere así escenificar las distancias que mantiene con el PP, aunque fuera gracias a este grupo cómo consiguió Castaño proclamarse alcalde y derrocar a uno de los regidores más veteranos de Galicia.

Alberto García había perdido la mayoría absoluta, y con cinco ediles en una Corporación de once miembros se disponía a afrontar en solitario el que iba a ser su octavo mandato.

Pero llegó un novato como Iván Caamaño, que con apenas cuatro meses como alcaldable y a sus 23 años logró lo nunca visto en tierras vikingas, sacándose de la manga ese golpe de efecto con el que colocó como alcalde a Castaño y logró el que era su gran objetivo: desbancar a García.

"Nosotros cumplimos", proclamó el joven filósofo cuyo partido logró en las urnas solo 77 votos menos que el BNG.

Aunque haber respaldado a ese grupo nacionalista tampoco ha agradado en exceso a la cúpula conservadora, donde explican que el PP "siempre apostó porque en los Concellos gobernase a lista más votada", en este caso el PSOE.

Pero sucede que "esa oferta fue rechazada" por el BNG, y por tanto el PP provincial dice haber dado libertada a su agrupación local "para que actuase del modo que considerara más beneficioso para sus vecinos", espeta el PP. Las mismas fuentes hacen hincapié en que "ese rechazo a que gobierne la lista más votada por parte de las fuerzas de izquierdas impidió que en doce municipios los vecinos tuvieran como alcalde al candidato del PP que ganó las elecciones".

Al presidente gallego de los populares, Alberto Núñez Feijóo, parece no haberle agradado lo sucedido en Catoira, pero deja cualquier resolución en manos de la organización provincial y advierte de que PSOE y BNG no pueden dar lecciones.