Los vecinos de A Illa y Vilanova no quisieron dejar ni el más mínimo resquicio a la incertidumbre el pasado 26 de mayo, por lo que la celebración de los plenos de investidura en ambos municipios ayer era prácticamente un mero formalismo. Las cuentas estaban muy claras y Gonzalo Durán en Vilanova, y Carlos Iglesias en A Illa renovarían en su cargo. Eso sí, no por resueltos, los plenos estuvieron exentos de anécdotas dignas de contar. Entre ellas las diferencias de una sesión a otra. Mientras en Vilanova se juraba (PP) o se prometía (PSOE, Gañemos y BNG) de espaldas al público, en un atril y sobre una biblia, en A Illa juraban y prometían (todos) sin nada y mirando al tendido, donde se encontraban dos exalcaldes (Sito Vázquez y Manuel Vázquez) y un expresidente de la Xunta (Fernando González Laxe).
Uno de los plenos más madrugadores de la comarca fue el de Vilanova, donde a las 11.00 horas ya se estaba constituyendo la mesa edad, que formarían Agustín Noya como el de mayor edad y Óscar Rodríguez como el más joven, puesto este que ocupó por tan solo un mes. A partir de ahí comenzaron a tomar posesión todos los ediles y primera anécdota, el secretario municipal se olvidó de la edil de Partido Popular Eliana Vidal, poniendo en marcha el recuento sin que esta llegase a tomar el cargo.
Con los cuatro cabezas de lista postulados para alcaldables, el primer voto en salir de la urna fue para el candidato socialista, Javier Dios Pomares, lo que llevó a Durán a expresar con ironía en voz alta un "vas bien Javier". El recuento no dio lugar a dudas, vencía Gonzalo Durán gracias al apoyo de sus diez ediles, pero en el recuento, Agustín Noya se olvidó del nombre de la candidata de Gañemos, a la que identificó con su partido.
Con Gonzalo Durán investido por séptima ocasión consecutiva, el alcalde agradeció el respaldo mayoritario de los vilanoveses y les recordó a todos sus compañeros de corporación, de todos los grupos políticos que "aquí se viene a trabajar por los vecinos de este municipio con lealtad".
Levantada la sesión, todos los concejales se fueron a las puertas del Concello donde, escoltados por los agentes de la Policía Local, con su jefe vestido de gala, escucharon los acordes de los himnos de Galicia y España, interpretados por la Banda de Música de Vilanova.
A Illa
Una hora después de celebrarse el pleno de Vilanova, arrancaba el de A Illa. Lo hacía con todos los concejales mostrando su DNI al secretario y a la mesa de edad, compuesta por el socialista Alfonso Salgado como el mayor y el nacionalista David Mochales como el menor. Sin Biblia y sin Constitución sobre la que jurar, el nacionalista lo hizo sobre un libro que trajo de casa, un libro que no fue escogido al azar, ya que era el "Sempre en Galiza" de Daniel Alfonso Rodríguez Castelao, una de las obras de referencia para el nacionalismo gallego.
En el momento de constituirse la mesa de edad, el edil conservador Miguel Paz se percató de que se había dejado el DNI en casa. Mientras el resto de ediles iba pasando y jurando el cargo, el popular "voló" hasta su casa para regresar lo antes posible. Tan solo se llevaban dos o tres minutos de espera, cuando regresaba pidiendo disculpas a todos los presentes y con la respiración entrecortada.
La candidatura de Carlos Iglesias fue la única que se presentó, recibiendo el respaldo de los seis ediles del PSOE a mano alzada, mientras que BNG y PP se abstenían. El inicio de mandato para Iglesias no fue el mejor posible, ya que sus primeras palabras fueron "acabo de tropezar", al enganchársele la silla. Más de uno entre el público deseó que esa frase no sea premonitoria para el mandato.
Superada esa situación, Iglesias dio comienzo al VI mandato en la historia de A Illa, el segundo encabezado por él, y lo hizo realizando un emotivo recuerdo a Dolores Folgar, edil socialista que formó parte del grupo de gobierno durante los doce últimos años.
