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La ría y el Ulla, camino de convertirse en una gran cloaca

Vertidos fecales, plásticos y otros residuos amenazan el futuro de Arousa

Seage y José Juan Durán, durante la retirada de residuos. // FdV

Hace días FARO DE VIGO advertía de la preocupación de vecinos y pescadores por la gran cantidad de residuos que acaban en el río Ulla. Denunciaban, sobre todo, los abundantes puntos de vertidos fecales e industriales detectados tanto en Pontecesures como en Catoira y Valga. También desde hace varias jornadas, se habla del vertido de lodos a la altura de Sálvora, al igual que desde hace años se alerta de la amenaza que suponen para el ecosistema y la salud pública los plásticos que acaban en el océano. Si a esto se suman problemas con estaciones depuradoras de aguas residuales como la de O Grove, como ayer avanzaba el decano de la prensa nacional, y la aparición de ingentes cantidades de desperdicios cada vez que se realiza una prospección o un dragado en los puertos, es fácil concluir que la ría se está convirtiendo en una gran cloaca.

¿Es así? Es una pregunta que se plantean tanto los dirigentes políticos como las gentes del mar y la sociedad en su conjunto. Pero, de ser cierto, ¿quiénes son los responsables? Posiblemente todos, pues si bien es cierto que las administraciones públicas están obligadas a garantizar la calidad del medio marino, también lo es que la sociedad debe contribuir a ello. Y desde luego verter aceites domésticos, toallitas, bastoncillos u otros productos en la red de alcantarillado no ayuda. Como tampoco dejar tirada la basura en cualquier parte.

Baste como ejemplo la limpieza realizada el miércoles en el río Ulla, a la altura de Pontecesures. La Consellería do Mar, a través de Portos de Galicia, recogió allí, solo en el entorno del muelle, nada menos que diez toneladas de residuos acumulados en el lecho fluvial.

Así lo comprobaron el presidente del ente público, José Juan Durán, y el alcalde pontecesureño, Juan Manuel Vidal Seage. Vieron como se sacaban del agua "diversos objetos de medianas y grandes dimensiones, como troncos de distintos tamaños, baterías de coches, asientos de distintos vehículos y máquinas registradoras".

Pedras Negras

Y es lo que suele encontrarse en este tipo de prospecciones, de ahí que sea preciso insistir en reclamar la colaboración ciudadana para acabar con este atentado permanente al medio ambiente, ya que esos objetos no acaban en el agua por casualidad.

Lo mismo sucederá, con seguridad, cuando en los próximos días esta sexta fase del plan de limpieza de dársenas en la provincia de Pontevedra llegue a muelles como los de Canido (Vigo), Baiona y Pedras Negras (O Grove).

Este plan, recuerdan en la Xunta, "se está desarrollando en las tres provincias costeras, como en años anteriores, con el objeto de conseguir muelles más sostenibles desde el punto de vista ambiental".

En el gabinete que dirige la conselleira Rosa Quintana apostillan que "la experiencia acumulada en los años anteriores indica la necesidad de continuar con esta iniciativa para retirar de los fondos marinos todo tipo de residuos materiales".

Con ello, matiza José Juan Durán, "se impulsa la protección de la fauna marina, que se puede ver afectada por la acumulación de residuos", al mismo tiempo que "se trata también de mejorar la seguridad en las aguas interiores".

Este tipo de operaciones de limpieza en las dársenas gallegas implican "la recogida selectiva de objetos dentro de las aguas interiores de los puertos, retirando residuos que se encuentran en el lecho marino producidos por la caída accidental de los mismos o por otras razones".

Entre tres y cinco buceadores se ocupan de la recogida de esos desperdicios, con ayuda de un barco con grúa y otros medios mecánicos.

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