La pasión de Ricardo Sánchez Padín por el ciclismo le ha llevado a protagonizar diversos eventos que cuentan con una singularidad especial. El último de ellos ha sido el homenaje que la asociación Bici Piñón Fijo le ha tributado a Delio Rodríguez, uno de los mejores ciclistas de la historia en España.

El que fuera gran campeón gallego, profesional entre los años 1936 y 1950, obtuvo sus mayores éxitos en La Vuelta a España. Llegó a ganarla en 1945 y aún ostenta el récord de victorias de etapa con 38. Para homenajearle con motivo del 25 aniversario de su fallecimiento, el pasado 8 de junio se organizó una marcha muy especial. Un evento al que el grovense Ricardo Fernández no podía faltar teniendo en cuenta su profunda admiración por el corredor natural de Ponteareas.

La cita consistía en completar la ruta entre Madrid y Valencia en un solo día. Ni más ni menos que una etapa de 350 kilómetros a semejanza de aquel antiguo Premio Cifesa que el propio Delio ganó en tres ocasiones durante su carrera. Por si pareciese poca la dificultad, la verosimilitud del hecho fue aún más allá dado que los corredores tenían que hacerlo sobre una bicicleta de piñón fijo, como las de la época, e incluso ataviados con maillots del material y el diseño de entonces.

Reconoce el propio ciclista grovense que "me siento parte de una cultura del ciclismo clásico que ahora además está muy de moda. Quería formar parte de este homenaje al ciclismo de antaño y, en especial, a la figura de Delio Rodríguez que fue un auténtico héroe del deporte de una época muy difícil en España".

Aficionado a las dos ruedas desde su niñez, llegó a competir en el extinto Club Ciclista Cultural de Cambados, su conocimiento de la figura de Delio Rodríguez fue un descubrimiento que le marcó. Conoció incluso a su familia, a la que también agradeció su colaboración a la hora de cederle material de sus logros, para recordar que "en países como Italia ciclistas como Bartali o Coppi son auténticas leyendas veneradas por todos, pero en España el pasado no se respeta tanto. No quiero ni imaginar el reconocimiento que tendría Delio de haber nacido en otro país. Por eso no dudé en participar en una marcha que trataba de visibilizar y poner en valor todo lo que él hizo".

El Ayuntamiento de Arganda del Rey fue el punto de partida. Allí, por medio de la asociación Bici Piñón Fijo, se presentaron nueve corredores dispuestos a participar de la experiencia. Aprovechando la ocasión, Ricardo también tuvo a bien hacer patria promocionando al Concello de O Grove y la Festa do Marisco en la recepción que tuvo lugar, pero lo peor estaba por venir.

A las cinco de la mañana tocó subirse a la bicicleta para enfrentar la antigua Nacional III, conocida como la carretera fantasma al atravesar muchos de los lugares conocidos ahora como la España vacía. Ricardo Fernández, acostumbrado ya a participar en rutas clásicas, fue echándose kilómetros a las piernas. Una moto marcaba el ritmo más apropiado para no gastar energías innecesarias.

"Se hizo largo y duro porque fueron muchas horas. Tuvimos nuestros avituallamientos y nuestras paradas y también nuestros momentos buenos en los que nos reímos, pero la motivación por participar en una prueba que solo se celebró cuatro veces y de las que Delio ganó tres, era superior a todo", apunta el grovense de 46 años.

Después de 16 horas se alcanzó la meta en Valencia, concretamente en Cheste a los pies del monumento que honra la memoria de los hermanos Otxoa, ciclistas fallecidos tras las consecuencias de un gravísimo accidente de tráfico. Ricardo fue uno de los tres corredores que fue capaz de completar un trayecto a imagen y semejanza de su ídolo y con el único propósito de dar a conocer sus hazañas.