El viejo puente que comunica las provincias de Pontevedra y A Coruña, uniendo las localidades de Catoira y Rianxo, va a estar cerrado al tráfico mañana, de 10.00 a 12.00 horas. Esta medida afectará a uno de sus carriles y es precisa para desarrollar el proyecto de supervisión y estudio impulsado por la Diputación de Pontevedra, tratando de determinar el verdadero estado de salud de este viaducto sobre ele río Ulla y concretar las directrices a seguir en caso de que sea preciso asegurarlo, reformarlo o, como creen muchos, reconstruirlo.

Lo cierto es que deja de dar problemas, y también que se trata de una estructura fundamental para la circulación rodada que el año pasado soportó el paso de unos 9.532 vehículos al día.

Estas son las razones que llevan al departamento de Movilidad del ente provincial, dirigido por Uxío Benítez, a desplegar los trabajos de inspección que mañana van a interrumpir el tráfico.

Un proceso de diagnosis de cinco meses de duración y un presupuesto de 18.000 euros que incluye tanto una inspección exterior como otra interior, para lo cual se usan cámaras fotográficas, prismáticos, drones y todo tipo de herramientas.

Una vez obtenidos todos los datos "se evaluará la posibilidad de establecer limitaciones de uso y, si es necesario, se desarrollará una propuesta de reparación de la estructura en la que se definan las actuaciones a realizar ordenándolas por prioridades", explican en la Diputación.

El progresivo hundimiento del firme es lo que más preocupa desde hace años, de ahí que se quieran adoptar medidas para garantizar la seguridad del viaducto.