La gimnasia rítmica demostró ayer en Vilagarcía un importante poder de convocatoria. Centenares de personas pasaron ayer por el pabellón de Fontecarmoa con motivo de la tercera edición del Torneo Vilarousa.

Bastaba con entrar en el pabellón para comprobar que la de ayer era una cita especial. La ambientación evocaba las escenas de los cómics de Albert Uderzo con Astérix y Obélix al mando de las operaciones. No faltó detalle y, además de las siluetas de los dos galos, tampoco faltó un podium engalanado para la ocasión ni siquiera las típicas columnas romanas con la hiedra a su alrededor.

El perfecto cuidado de la escenografía pasó a convertirse en espectador de las evoluciones de las niñas y niños que compitieron sobre el tapiz. Por la mañana fue el turno para las pruebas individuales. No hay que pasar por alto que por Fontecarmoa pasaron ayer todos los clubes de la provincia de Pontevedra además de otros de lugares como el Porta Norte de Ribadeo, el Viravolta de Santiago y el Millenium A Coruña.

Era la última cita de las pruebas del campeonato gallego y mención aparte merece la altísima implicación mostrada por la familia que compone el club anfitrión. El perfecto desarrollo de la competición en cuanto a horarios, los puntos de hidratación y el desarrollo de la ceremonia de clausura, fueron aspectos cuya fluidez contribuyó a añadir brillo a la cita.

El horario vespertino fue el reservado para las competiciones de conjuntos. Los diferentes elementos como mazas o pelotas surcaron el espacio aéreo de Fontecarmoa en medio de las acrobacias y estudiados movimientos de los conjuntos. Todo ello en medio de un ambiente espectacular que complicaba incluso la búsqueda de una butaca libre en la grada más próxima a la puerta principal de la instalación.

Se utilizaron cortinas para focalizar la atención sobre el tapiz de competición dejando más en la intimidad todo lo relativo a calentamientos y zona de vestuarios, optimizando así todo el parqué de Fontecarmoa.

El colofón a una extraordinaria jornada para el Vilarousa, también en cuanto a resultados obtenidos, llegó con una muy trabajada coreografía inspirada en la película Astérix y Cleopatra.

El vestuario potenció todavía más el efecto buscado. Allí no faltó nadie. Desde la propia Cleopatra hasta Panorámix, Abraracúrcix o incluso algún romano abrumado entre tanto galo, pero todos unidos por un ejercicio de baile y gimnasia que fue la extraordinaria guinda a una tarde deportiva y de convivencia que va camino de convertirse en una tradición de buen hacer.

Por si fuera poco el club anfitrión también se impuso en las categorías benjamín y alevín escolar y cadete promoción. El Rítmica Salnés fue segundo en benjamín y en cadete promoción.