Dolores Rodríguez y su compañera en el comercio, Patricia Fandiño, no albergan duda alguna sobre los beneficios de las peatonalizaciones. "Ojalá hubiesen peatonalizado toda la plaza -afirma la primera de ellas-. Yo viví el cambio en Pontevedra, y al principio la gente quería matar al alcalde", recuerda. Tiempo después, sin embargo, esa apuesta por los espacios peatonales ha sido aplaudida casi de forma unánime.

Patricia Fandiño, por su parte, pone el ejemplo de Alcalde Rey Daviña. "Esa calle antes era sombría, no iba nadie por allí, y hay que ver lo que es ahora".

Chelo Zaragoza, por su parte, sugiere que "las peatonalizaciones son buenas para los que vivimos en el pueblo y no tenemos por qué coger el coche", pero que sí pueden propiciar que los vecinos de los municipios colindantes se vayan a otras ciudades con mayor oferta comercial. "Hay que darle tiempo, para que la gente de los alrededores se acostumbre".