Todavía no se ha cumplido un año de la salida de Manuel Charlín Gama del juzgado de Vigo con la bolsa del Spar por la operación Barrancabermeja, cuando el patriarca de la saga de narcotraficantes ha regresado a unas dependencias judiciales, en este caso las de Vilagarcía. Charlín fue reclamado por el juzgado de instrucción número 3 de Vilagarcía ante la solicitud de Jennifer M.V. de una orden de alejamiento al considerar que está siendo acosada por su casero para que abandone el piso que tiene en alquiler, en un edificio a nombre del padre del patriarca.

Charlín Gama estaba citado para las 9.30 horas y allí se personó casi media hora antes, cuando el juzgado acababa de abrir sus puertas. Sentado en un banco que se encuentra en el vestíbulo de entrada al juzgado número 3 permaneció durante unos 40 minutos con cara de pocos amigos. Como se retrasaba la comparecencia, por su cuenta y riesgo, decidió irse del juzgado plantando a la jueza y al abogado que se le nombró dentro del turno de oficio. Finalmente recapacitó y regresó a las dependencias judiciales para declarar que él no había agredido a la mujer y que esta había "ocupado la vivienda".

Todavía tuvo tiempo para tener un pequeño enfrentamiento verbal con Jennifer M.V. antes de volver a abandonar los juzgados, eso sí, con la comunicación de que la jueza había decidido no conceder la orden de alejamiento que reclamó la joven. Esa decisión se fundamentó en que no se aprecian motivos suficientes para fundamentar esa medida, al considerar tan solo lo ocurrido en la tarde del pasado lunes, cuando, según la denuncia de la mujer, el patriarca de los Charlín la habría agredido con unos alicates en un brazo y con una piedra en la espalda.

La mujer solicitaba la orden de alejamiento "por miedo", porque responsabiliza al patriarca de varias situaciones que se han registrado en el barrio de As Hortas en los últimos tiempos, como el incendio del vehículo de su familia o el de la puerta de la vivienda de su padrastro. También aseguró en su declaración ante la jueza que el patriarca llegó a amenazarla a ella y a su madre con la expresión: "Ides arder todos".

Lo que le llevó a denunciar la situación que vive ocurrió el pasado lunes por la noche, cuando escuchó unos ruidos en las escaleras. Allí, dijo, se encontró a Charlín, que bajaba del trastero en compañía de otra persona. La mujer asegura que "cada vez que va por el edificio, hace algo malo y, en este caso, descubrimos después que había cortado unos cables amplificadores". Ya en la calle, siempre según su versión, Charlín le habría tirado varias plaquetas a la cabeza, una de las cuales le alcanzó en la espalda, le tiró el móvil cuando intentó grabarlo y le dio con unos alicates en la mano cuando trató de protegerse.

La mujer reconoce que vive en un piso alquilado al patriarca, aunque la titularidad sea del padre de este, y que "los conflictos comenzaron cuando le pedimos el contrato del alquiler".