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El becerro nacido enfermo en O Grove pudo haber sufrido una hipoxia en el parto

Sus cuidadores temen que nunca podrá caminar solo -La cría de cachena permanece en el refugio de animales Vacaloura, donde incluso barajan construirle una silla de ruedas

"Lázaro", al lado de cuidadores y comuneros, solo puede levantarse y mantenerse en pie con ayuda. // Muñiz

Las pruebas veterinarias practicadas arrojan unos pésimos resultados sobre el estado y evolución de "Lázaro", la vaca cachena nacida hace un mes en los montes de Con da Hedra (O Grove). Se teme que en el parto pudo haber sufrido una hipoxia, es decir, una deficiencia de oxígeno en la sangre, células y tejidos del organismo, lo cual le habría causado graves daños en el aparato motor que pueden resultar irreversibles.

El becerro vino al mundo con una malformación que le impedía moverse, y después de los cuidados a los que fue sometido por parte de los comuneros de San Vicente, a quienes pertenece, pudo ponerse en pie, aunque solo con ayuda de los humanos. La falta de coordinación en sus movimientos persistía y los problemas respiratorios que presentaba empeoraban su estado, por lo que fue donado al santuario de animales Vacaloura, en Santiago, donde ahora confirman que quizás nunca pueda valerse por sí mismo e incluso barajan la posibilidad de construirle una silla de ruedas.

Nadie quiere asumir, de momento, que puede ser necesario sacrificarlo, pero se pronostica que su situación es extremadamente grave y que, si bien "tiene unas ganas enormes de vivir", nunca podrá librarse del sufrimiento.

En el hospital veterinario Rof Codina, en Lugo, hicieron un TAC a "Lázaro" para tratar de descubrir la causa de su discapacidad y no se apreció malformación alguna en su cerebelo, ni tampoco ninguna masa que pueda estar comprimiéndolo y comprometiendo las funciones motoras.

Así lo confirman en Vacaloura, por lo que caben dos posibilidades, o bien que la cría de vaca cachena tenga una inflamación difusa imperceptible con el TAC, de ahí que se le esté administrando un tratamiento que no parece dar resultado, o sufrió una hipoxia.

Esta es la hipótesis que en Vacaloura creen más probable, y de ser así, "no hay tratamiento ni rehabilitación posible", lamentan.

En un comunicado difundido desde el propio santuario de animales compostelano aclaran que todo esto significa que "nunca caminará por sí mismo". Y el mayor problema, si cabe, es que "a media que vaya ganando peso tampoco podremos ayudarlo y su vida será cada vez más complicada y menos placentera".

De forma emotiva, en Vacaloura sostienen que "Lázaro" tiene "muchísimas ganas de vivir, correr y saltar; toma su biberón con ganas, nos da besos, se alegra cada vez que nos ve, tiene ganas de jugar y correr y no quiere morir ni que tiremos la toalla".

Por eso "intenta levantarse una y otra vez". Y aunque esto parezca buena señal, también tiene su lado negativo, ya que "se cae siempre de formas muy aparatosas", siendo éste el origen de sus problemas respiratorios.

Así se desprende de las pruebas practicadas, que indican que "un par de días antes" de su traslado a Santiago desde los montes de San Vicente de O Grove "empezó a respirar con dificultad porque en una de sus caídas se rompió varias costillas, que redujeron el espacio que ocupa la tráquea".

Se sabe que "las fracturas se están consolidando y estos días está respirando mejor, pero puede tener accidentes similares en cualquier momento, y se harán cada vez más graves y aparatosos según vaya ganando tamaño y peso".

Es esto lo que lleva a Vacaloura a valorar la posibilidad de construirle una silla de ruedas, aunque con ella "tampoco podrá desplazarse solo, y ni siquiera sabemos si le será posible emplearla, porque con los impulsos que tiene puede ser capaz de tirarla y hacerse aún más daño".

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