El Parque Nacional Illas Atlánticas retiró el año pasado de las aguas que rodean Cortegada y Malveiras un total de 2.003 residuos de todo tipo, la inmensa mayoría fabricados con plástico, la mayor lacra que sufren nuestros mares. Y el de la ría de Arousa no es ajeno a esta situación global.

Las cuerdas y cordeles de plástico con un diámetro inferior a un centímetro constituyen el objeto más numeroso hallado en el perímetro de las islas carrilexas. Así, se encontraron 850, un 42% del total de la basura marina detectada. Le siguen en cantidad las piezas de plástico no identificables con menos de 2,5 centímetros, es decir, microplásticos. Se retiraron del mar 425 (21%), mientras que con un tamaño de entre 2,5 y 50 centímetros fueron 215 (10%).

Las espumas sintéticas, como por ejemplo trozos de poliuretano, suponen otra importante fuente de contaminación marina en el entorno de Cortegada, con 125 elementos detectados (un 6% del total).

En igual cantidad se retiraron a lo largo de 2018 bastoncillos de algodón y colillas (95), si bien la presencia de los utensilios para la limpieza de los oídos se han incrementado, mientras que la de cigarrillos ha disminuido, según aprecia el director de Illas Atlánticas, José Antonio Fernández Bouzas. "También tenemos muchos problemas con los plásticos de helados, botellas y tapones o restos de poliestireno de las cajas de pescados y mariscos, que además se rompen mucho, en bolitas, y cuesta mucho recogerlas", señala el responsable del parque.

Con todo, aclara que aproximadamente el 80% de la basura que acaba en aguas de la ría de Arousa procede de actividades terrestres y solo un 20% de las que se realizan en el mar, es decir, tanto por parte de los profesionales de la pesca, acuicultura y marisqueo como de los bañistas de las playas. De hecho útiles para el cultivo de mejillón y ostra solo se retiraron del entorno de Cortegada 36 objetos, menos que los 74 envases de comida encontrados (yogures, mantequilla, etcétera) y las 63 bolsas de aperitivos o envoltorios de chucherías y helados.

A vecinos y sector marítimo

Este balance sobre la basura marina hallada en el archipiélago de Cortegada en 2018 se puso ayer sobre la mesa en la segunda reunión de la "II Red para la recuperación de los ecosistemas marinos en el Parque Nacional Illas Atlánticas", un ambicioso proyecto promovido por el Colegio Oficial de Biólogos de Galicia, el Instituto Español de Oceanografía (IEO) de Vigo y el propio parque nacional que pretende recuperar la biodiversidad y los ecosistemas marinos, trabajar para reducir la presencia de basura marina e implicar tanto a la población local como al sector pesquero a través de distintas actividades formativas y divulgativas. Además, se llevarán a cabo limpiezas en fondos marinos y playas.

Tras el éxito del año pasado en Sálvora, el proyecto se ha puesto en marcha ahora en Cortegada y Ons. El principal objetivo es el mismo: trabajar en la concienciación, por lo que ya se ha editado un manual de buenas prácticas dirigido tanto a ciudadanos como a entidades para evitar que los residuos lleguen al mar. "Los plásticos se diluyen y acaban en la cadena trófica", advierte el director de Illas Atlánticas, José Antonio Fernández Bouzas.

El encuentro se celebró ayer por la tarde en la sede del Gato Negro de Carril y en él participaron más de una veintena de entidades. Así, estaban invitadas Amarcarril, la Asociación Española de Basuras Marinas WWF, la Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (Cemma), el Bottlenose Dolphin Research Institute (BDRI), además de las empresas y asociaciones del sector recreativo que operan en el entorno del parque nacional como Corticata, Alvamar Náutica, Mar de Ons, Asnauga, Club Náutico de Portonovo, Espeleo Club Aradelas, Asociación de Kayak de Mar de Bueu, Rompetimóns o la Federación Galega de Buceo.

Las reuniones se plantean a modo de foro para que todos los asistentes puedan intervenir, cerrando la jornada con la elaboración de un listado de propuestas de compromiso público para evitar la generación de basuras marinas.

De la introducción sobre la problemática se encargaron José Fernández, director del parque; Saleta González, del Colegio Oficial de Biólogos de Galicia; Jesús Gago, experto en basuras marinas del IEO; y la asociación de mariscadoras Amarcarril.