Ribadumia y el ciclismo de montaña se han convertido en una sociedad de éxito. Desde hace años son muchos los aficionados que ya han disfrutado de las condiciones inmejorables de este concello para la práctica de este deporte. Una relación que se ha visto fuertemente potenciada con la aparición del Club Ciclista Ribadumia.

Precisamente esta entidad de nuevo cuño fue, junto al concello, la encargada de organizar, preparar y desarrollar la segunda edición de la Mini BTT. Lo que nadie esperaba es la altísima participación que superó las mejores previsiones. Fueron un total de 457 los niños que tomaron parte de lo que fue toda una fiesta sobre ruedas.

El calendario gallego de BTT en las categorías base cuenta con un total de veinte pruebas en esta edición, pero la de Ribadumia batió con creces el récord de participación. Detrás de todo ello hubo muchas semanas de un arduo trabajo por parte de la organización para dejar el circuito en óptimas condiciones.

Obstáculos naturales y manufacturados supusieron un reto divertido tanto para los pequeños corredores como para sus familiares que, en un número próximo a las dos mil personas, pasaron una excelente tarde en Ribadumia.

Javier Pombo, presidente del club anfitrión, reconoció que "salió todo a pedir de boca. Los niños disfrutaron muchísimo y también recibimos muchas felicitaciones por parte de mucha gente. Estamos muy contentos por como salió todo y esperemos seguir mejorando el próximo año".

La satisfacción también se vio correspondida en lo estrictamente deportivo puesto que el ribadumiense Xavi Gómez Vieites fue el ganador en la categoría benjamín junto a Sabela Rodríguez Fariñas, del Maceda de Ourense.

Escaleras, zonas de agua, o baches, fueron algunos de los obstáculos a los que tenían que hacer frente los jóvenes. Cabe recordar que las categorías que engloba esta Mini BTT son benjamín, promesa, principiante, alevín e infantil, es decir que son corredores todos ellos entre los 7 y los 14 años.

Tal fue el volumen de participación que algunas de estas categorías tuvieron que desdoblarse en A y B para un mejor desarrollo de las pruebas y evitar los riesgos de la masificación en zonas puntuales del recorrido.

Las excelencias de la zona del campo de fútbol y el monte próximo para la práctica del BTT no pasaron desapercibidas para nadie, lugar que precisamente es el que utilizan para sus entrenamientos los miembros del Club Ciclista Ribadumia.

Entre las imágenes que destacaron estuvieron las de los propios aficionados que no dudaron en sacar sus sillas para acomodarse en las zonas próximas al circuito para seguir más de cerca las evoluciones de las carreras o los lugares que servían de puesta a punto mecánica de las bicicletas.