La mayoría de los abogados que asisten a personas con negocios turbios tienen claras las líneas que no deben cruzar para no cometer ellos mismos hechos ilícitos. Pero hay ocasiones en las que las fronteras entre lo legal y lo ilegal se difuminan, y los letrados acaban sucumbiendo a la tentación del dinero abundante y rápido.

En Galicia hay dos casos de abogados condenados por narcotráfico que sobresalen por encima de todos los demás por su relevancia histórica o mediática. El primero de ellos es el de Pablo Vioque Izquierdo, un letrado extremeño afincado en Arousa en los años del tabaco de contrabando y que tras defender a más de un capo de las drogas, fue condenado él mismo por tráfico de estupefacientes. Llegó a ser presidente de la Cámara de Comercio de Vilagarcía, en una época en la que el narcotráfico estuvo a punto de arraigar en los círculos de poder de la sociedad arousana como un tumor.

También es muy conocido el caso de Tania Varela, la abogada de Cambados que tras dirigir el Centro de Información á Muller de Cambados a principios de este siglo desapareció de la escena pública para reaparecer, unos años después, como novia de David Pérez Lago y coorganizadora de un transporte de más de dos toneladas de cocaína. Fue condenada por esos hechos, pero huyó y llegó a convertirse durante unos años en una de las prófugas más buscadas de Europa.

Pero hay muchos más casos, como el de Gerardo Gayoso, vinculado en su día a Laureano Oubiña; Manuel Franco Argibay, que trabajó con el narco "Pelopincho", o Francisco Díaz Moñux. Este último fue condenado por tráfico de drogas, pero un hermano suyo, Alfonso, aún corrió peor suerte. También abogado, Alfonso Díaz Moñux defendió a más de un capo y en 2008 unos sicarios lo asesinaron a las puertas de su casa. Estaba con Tania Varela, pero ella sobrevivió.