Sin titubeos ni cortapisas. El discurso que el BNG lanzó anoche a la militancia arousana en el mitin de Vilagarcía fue claro y firme: Ence fuera de la ría, mejores condiciones laborales para la gente del mar (reconocimiento de enfermedades profesionales y revisar los coeficientes reductores y las cuotas de la pesca), transferencia de la AP-9 a Galicia, derogación de la Lomce y una tarifa eléctrica propia.
Fueron cuatro mujeres las que se dirigieron a un auditorio lleno hasta la bandera en el que los gaiteiros de Malveiras de Carril dieron el pistoletazo de salida con una animada melodía que levantó al público de sus asientos.
La encargada de presentar el acto electoral fue la candidata a la Alcaldía de Vilagarcía. Lucía César Veloso hizo un guiño a las polémicas y recientes declaraciones de la popular Cayetana Álvarez de Toledo en el debate televisivo de TVE, pues "las mujeres cuando dicen no es no". Como ejemplo de "mujeres valientes que enseñan los dientes" y que "no quieren ser hadas ni princesas" puso a la portavoz nacional del Bloque, Ana Pontón, a la cabeza de lista por Pontevedra al Congreso, Carme da Silva, y a la número 6 de la lista, la cambadesa María Xosé Cacabelos. Todas ellas defendieron que su partido es el único que defenderá en Madrid los intereses de Galicia tras varios años "muda y desaparecida" en el Congreso.
Pontón aseguró que "el avance del BNG es imparable" y que pese a las encuestas, de las cuales recomendó "pasar" porque lo único que buscan es "que la gente dude de su voto, "vemos una corriente de simpatía hacia el BNG". "No vamos a Madrid, nos empujan", ironizó más tarde Carme da Silva.
La líder del Bloque lamentó que "tengan más coeficiente reductor los toreros que las mariscadoras; es una vergüenza". No se olvidó Ana Pontón de arremeter contra el PP, al que responsabilizó, concretamente a sus "amistades peligrosas", de que "Arousa sea más conocida por la serie Fariña que por ser la ría más productiva del mundo".
María Xosé Cacabelos, mariscadora desde hace más de veinte años, lamentó que los problemas de Galicia (el 85% de las trabajadoras de la conserva están en Galicia) se decidan en Madrid. "Había que ponerlos ocho o diez horas a la intemperie en el puerto cosiendo redes a ver si se reconocían las enfermedades profesionales", invitó.
Por su parte, Carme da Silva, víctima en esta campaña de varios escraches, confesó sentirse "orgullosísima de ser una cuota" y lanzó todos sus dardos contra Ana Pastor (PP), a la que recomendó "mirarse la memoria". "Que se vayan preparando porque ya estamos de camino", enfatizó.
