Hace más de una década que las peatonalizaciones desembarcaron en Vilagarcía, pero parece que algunos conductores todavía no se han acostumbrado a ellas. Y es que en los dos primeros meses y medio de este año -concretamente hasta el 12 de marzo- la Policía Local puso un total de 96 denuncias a conductores por estacionar en zonas peatonales, lo que significa más de una cada día. En todo 2018 las infracciones de este tipo detectadas por los agentes ascendieron a 245, por lo que los incumplimientos de la normativa en las calles peatonales han aumentado.

Uno de los enclaves que registra mayores problemas es la plaza de Ravella, un espacio peatonalizado pero que sigue registrando un importante trasiego de vehículos, ente los coches que acceden a los garajes que rodean los jardines, las furgonetas de reparto y transportistas y también los turismos no autorizados que campan a sus anchas por un espacio reservado para el tránsito de viandantes.

Sin ir más lejos, ayer por la mañana un coche accedió a la plaza de Ravella por Gumersindo Nartallo y aparcó en Ramón y Cajal, en medio de la calle.

Para evitar, o al menos intentar reducir estos desmanes, el Concello de Vilagarcía reordenó recientemente el acceso de vehículos en Ravella, de forma que los usuarios de los garajes y la carga y descarga del lateral de la cafetería Maty siguen entrando por Juan Carlos I, mientras que los de Ramón y Cajal han cambiado de itinerario y acceden a los subterráneos o a los negocios por Gumersindo Nartallo y Arapiles -en función del tramo de la calle de destino-.

Incluso se colocaron unos bancos en los principales accesos para acabar con las velocidades excesivas a las que circulaban algunos vehículos. Pese a la colocación del mobiliario urbano como elemento disuasorio, hay coches que los esquivan y siguen utilizando las calles peatonales como atajos o aparcamientos sin tener en cuenta la peligrosidad que puede acarrear tal maniobra para los peatones.

Las multas por estacionar en calles peatonales ascienden a 60 euros, una sanción que se reduce a 30 euros si se paga en un plazo de quince días. En el caso de las infracciones graves, es decir, cuando el vehículo obstaculiza el paso, el importe a abonar se sitúa en 200 euros (100 con pronto pago). En 2018 se registraron 13 denuncias de carácter grave de las 245 tramitadas.