Algunos negocios contratan personal para estos días, que les ayude a sobrellevar las largas y pesadas jornadas. Estas suelen empezar a las ocho de la tarde, y se prolongan hasta después del mediodía del día siguiente.

Dado que hay que compatibilizar la elaboración de los roscones y las piezas de chocolate con el trabajo diario de hacer el pan y otros dulces, no queda más remedio que hacer horas extraordinarias.

"Siempre se coge alguna gente para estos días", explica Herminia Castromán. También hay negocios familiares que echan mano de sus parientes para poder responder a los encargos y a las tareas cotidianas de hacer el pan durante estos días especialmente complejos. El sábado y el domingo serán las jornadas en las que se esperan más ventas, por lo que las colas a las puertas de algunas panaderías están garantizadas.

En lo que a gustos de los consumidores se refiere, este año se ha puesto muy de moda acompañar los huevos de chocolate de un pequeño peluche. Son también cada vez más los padrinos que aprovechan estas fechas para regalar a sus ahijados ropa o juegos.

Estos regalos se entregan desde el jueves, aunque la mayoría esperan hasta el sábado o el domingo.