La comunidad de montes de San Vicente, representada por el abogado Avelino Ochoa, no quiere dejar nada a la improvisación. Es por ello que, si bien Noalla se centra ahora en la reclamación de 106.456 metros cuadrados que sitúan dentro de Sanxenxo, advierten de que hay entre ellos unos 1.400 metros que sí son territorio grovense. Y dado que desde Sanxenxo se reclama en el procedimiento judicial de forma genérica que se anulen íntegramente las resoluciones de junio de 2017 y febrero de 2018 dictadas por el Jurado de Montes -las mismas que le negaban el uso comunal del istmo-, en San Vicente temen que una sentencia en ese sentido pudiera perjudicarles, poniendo en entredicho de nuevo la titularidad de esos 1.400 metros aludidos.

Por eso están personados en el proceso, para que no se toque la llamada parcela A del Monte da Lanzada -que corresponde íntegramente con el istmo y pertenece al dominio público marítimo terrestre de O Grove- y se excluyan de la parcela B los 1.400 metros situados dentro del territorio meco, aunque en su mayor parte están ocupados por una carretera y, por tanto, carecen de aprovechamiento alguno en mano común. Por lo demás, "no tenemos nada que objetar", inciden los mecos.

"Nuestra oposición a la petición de Noalla se refiere únicamente a los 1.400 metros cuadrados que pertenecen a la parroquia de San Vicente de O Grove", insisten en la entidad que preside Manuel Castro.

Del mismo modo aportan informes que muestran "que la totalidad del conocido como istmo de O Vao es parte integrante de la parroquia de San Vicente, independientemente de su actual naturaleza demanial".

Esto los lleva a decir que los vecinos de Noalla nunca ejercieron aprovechamiento alguno sobre la parcela A -la del istmo- ni sobre los 1.400 metros cuadrados que Sanxenxo integra en la B a pesar de estar dentro de O Grove.

"Y por esta razón entendemos plenamente acertado el acuerdo del Jurado de Montes en el sentido de rechazar la clasificación comunal de la parcela A y de los 1.400 metros de la B, por lo que no procede ahora la petición del Ayuntamiento de Sanxenxo en el sentido de anular aquella decisión".

Abundando en esto, el escrito de contestación planteado por Avelino Ochoa en representación de los comuneros de San Vicente, para frenar así las demandas formuladas desde Noalla, resalta que los vecinos de esta última parroquia "jamás han ejercido ningún tipo de posesión del istmo como monte en mano común, sino que se trata de una lengua de arena de dominio público marítimo terrestre desde su misma formación geológica".

Un terreno, dicho sea de paso, "hoy en día perfectamente deslindado e incluido en el demanio marítimo terrestre". Es, por tanto, una parcela sometida a la Ley de Costas desde el 1 de febrero de 1993. "Y ya hasta entonces fue el Concello de O Grove el que ejerció una muy activa y permanente utilización del istmo".

Además, para demostrar su pertenencia al municipio meco, se recuerda que en su día se construyó en el istmo un aeródromo -reconvertido en aparcamiento municipal-, se realizaron diversas obras, se cavaron pozos de extracción de agua para abastecer a los grovenses -hasta la llegada del abastecimiento desde el río Umia- y llegó a venderse arena, antes de existir las figuras de protección medioambiental.

Incluso se recuerda que la sociedad privada Europa Sur, la Diputación de Pontevedra y el Ayuntamiento de O Grove constituyeron en los años sesenta -cuando O Vao no estaba protegido- la firma mercantil Grovelan S.A., con la intención de urbanizar el istmo para convertirlo en la "Marbella gallega". Aquello no prosperó porque lo impidieron, precisamente, los vecinos de O Grove, siendo ésta una prueba más de que el istmo es meco.