Un individuo alto y delgado con el rostro cubierto con un pasamontañas atracó anoche un local de comida rápida en el centro de Vilagarcía. En ese momento solo se encontraba en "La Papaya" la camarera, sentada dentro de la barra. Cuando sintió la puerta pensó que entraba un cliente, pero al ver al encapuchado ya se dio cuenta de que no venía precisamente a tomarse un perrito caliente. "¡Dame el dinero de la caja!", gritó a la empleada con la mano en alto, amenazándola con "una especie de tubo" -declara ella- que llevaba en la mano. La mujer le explicó que apenas había vendido nada pero el encapuchado le volvió a exigir que le diese el dinero. En la caja había 10 euros y el ladrón se conformó con tan escaso botín. En el momento del robo no había nadie por la calle, una noche lluviosa que el caco aprovechó para cometer su fechoría.