El Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar) no solo ha sido un centro de referencia mundial en las últimas décadas para garantizar la calidad de los productos y el medio acuático a partir del estrecho seguimiento de las biotoxinas. Esta institución, adscrita a la Consellería do Mar y dirigida actualmente por Covadonga Salgado, también ha sabido adaptarse para marcar el ritmo en el futuro, primero aplicando el nuevo método químico impuesto por la Unión Europea y ahora erigiéndose como pieza clave del proyecto Alertox-Net, centrado en el estudio de las toxinas emergentes derivadas del cambio climático.

A pesar de que el proyecto en cuestión, liderado por el grupo de investigación Farmatox, de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidade de Santiago, está participado también por el Instituto Marino de Galway, la Universidad Nacional de Irlanda, la Universidad de Queens (Belfast,) el Cefas (Reino Unido), el Centro de Energía Atómica de París, el Ifremer (Nantes), el Ciimar -de la Universidad de Oporto- y la Fundación AZTI, de Bilbao, no cabe duda de que el Intecmar desempeña un papel preponderante.

No es de extrañar, teniendo en cuenta que el principal objetivo de este proyecto europeo participado por España, Portugal, Francia, Irlanda y Reino Unido es desarrollar una red de alerta de toxinas marinas emergentes que se pueda implementar en la cadena de valor alimentaria, de tal forma que contribuya a aumentar la seguridad del consumidor.

Y cuando de esto se trata el Intecmar ya tiene mucho camino andado, de ahí que se antoje crucial su participación en el desarrollo de métodos analíticos capaces de hacer un seguimiento de las toxinas emergentes, estudiar su evolución e intercambiar muestras con el resto de los integrantes del proyecto.

De todo ello se habló ayer en el Auditorio de Vilagarcía, en el transcurso de una jornada de formación dirigida a profesionales del sector, investigadores e instituciones que, como sucedió hace semanas en la propia sede del Intecmar, en Vilaxoán, sirvió para desmenuzar las características de esta red de alertas que busca, también, establecer un posible indicador de los riesgos relacionados con el cambio climático.

Precisamente el impacto del cambio climático en las costas gallegas centró una de las conferencias ofrecidas ayer en el Auditorio, junto con la presentación de los avances en cuanto a análisis y eliminación de toxinas, la evaluación de las emergentes y la vigilancia de los efectos de las células tóxicas entre la población.

Antes de esas conferencias intervino Covadonga Salgado para abundar en la importancia del sector marisquero y bateeiro en Galicia y la necesidad de dar al consumidor las máximas garantías.