La declaración de la Festa do Albariño como Fiesta de Interés Turístico Internacional es uno de los éxitos colectivos de la sociedad cambadesa y del sector del vino albariño más importante de los últimos años, pero pasó bastante inadvertido. Unos seis meses después de la obtención del tan preciado sello, el Consello Regulador da Denominación de Orixe Rías Baixas y el Concello de Cambados organizaron un acto, consistente en el descubrimiento de una placa conmemorativa. En el transcurso de ese acto, habló el presidente de Rías Baixas, Juan Gil, y lanzó más de un dardo a las autoridades políticas. Incluso alertó de que la Festa do Albariño puede "morir de éxito".

Gil de Araujo señaló que hay que "cuidar la fiesta para evitar que muera de éxito". "Pidamos al cielo que ilumine a quienes tengan la responsabilidad de hacerlo, otorgándoles los dones de la sabiduría, la humildad y la generosidad para que sepan conducirla por senda segura, sorteando los riesgos que la amenazan", añadió.

Es de sobra conocido que Gil está disgustado con algunos de los caminos que ha cogido la Festa do Albariño durante los últimos años. En concreto, no le gusta que el evento pueda confundirse con un gran botellón al aire libre, y que el recinto del Paseo da Calzada esté lleno de jóvenes que en algunos casos consumen licores de alta graduación en vez de albariño.

Esta situación no es nueva en Cambados, y ya se producían en épocas políticas anteriores, aunque ha sido recientemente cuando Juan Gil empezó a abogar por una fiesta menos masificada, y en la que la buena imagen de los vinos Rías Baixas no se vea empañada por un tipo de celebración descontrolada. Por todo ello, el presidente del consejo regulador de la denominación de origen subrayó en su discurso tras el descubrimiento de la placa que los políticos, "tendrán que ser prudentes, pero también valientes. Tendrán que saber escuchar y aceptar las críticas, pero tendrán que tomar decisiones tal vez no exentas de riesgo, pero esa será su responsabilidad".

Asimismo, Gil advirtió de que "nadie debería atribuirse especial mérito (en la consecución del título de Interés Turístico Internacional), pues el mérito es de todos", en lo que es un claro aviso a navegantes. "Nadie se debe dejar deslumbrar por el brillo de la placa que hoy descubrimos porque detrás de ella hay todo un pueblo, hay miles de viticultores mimando sus viñas para conseguir las mejores uvas, decenas de bodegueros realizando el milagro de su transformación en vino", añadió.

Pero, en la idea de que el éxito es colectivo, recordó también a los hosteleros de Cambados, al personal de organización, logística, limpieza y seguridad, sin olvidar a las características peñas.

En este sentido, Juan Gil plantea que los logros que han convertido la Festa do Albariño en un evento de Interés Internacional han sido paulatinos, desde su nacimiento "espontáneo y natural" en 1952 hasta el apoyo recibido en su día por Álvaro Cunqueiro, José María Castroviejo o Manuel Fraga, pasando por la creación del Capítulo Serenísimo, en 1969.