Inés Alba Vázquez, estudiante de 4º de ESO en el colegio Filipenses-Sagrada Familia de Vilagarcía, se ha convertido en una de los 100 estudiantes premiados con una beca de la Fundación Amancio Ortega para poder cursar 1º de Bachiller al otro lado del Oceáno Atlántico, a la espera de desvelarse si su destino será Estados Unidos o Canadá.

El primer e indispensable requisito para poder acceder a este premio era el académico. A ello hay que añadir una excelentes prestaciones en el dominio del inglés, así como unos determinados umbrales de renta familiar. Inés Alba reconoce que "soy buena estudiante y el inglés es algo que he podido estudiar desde los dos años gracias a mis padres que pronto me acercaron a ese idioma".

Una vez acreditadas las capacitaciones académicas, tocaba hacer un examen de la lengua de Shakespeare. Una prueba más dentro de un exigente proceso de selección que terminó filtrando a 300 estudiantes de toda Galicia y 1.500 en toda España. Cabe recordar que este programa comprende 600 becas anuales para todo el país y 100 de ellas son para estudiantes gallegos.

Recuerda la joven vilagarciana de 15 años que "en enero tocó una segunda fase dentro de la selección con una entrevista por Skype. Te preguntaban cosas relativas a qué te atrae de la posibilidad de irte un año al extranjero y de cómo te adaptarías a ello".

Fue el pasado mes de febrero cuando recibió la noticia de que era una de los cien estudiantes seleccionados para el próximo curso. A este respecto Inés no ocultó que "fue una gran alegría". Incluso reconoció que su interés por esta oportunidad de cursar estudios en el extranjero le venía de lejos, "me enteré de que existían estas becas cuando estaba en 6º de Primaria porque un amigo tuvo la oportunidad que voy a tener yo. Desde aquel día me tomé mucho más en serio lo de mejorar mi nivel de inglés porque era el primer y esencial requisito".

No será esta la primera experiencia de intercambio que haya tenido la estudiante vilagarciana. Recuerda que "hace un par de años tuvimos la visita de unos estudiantes franceses. Nosotros, los del colegio, también tuvimos la oportunidad de pasar dos semanas allí con sus familias. Fue una experiencia muy buena, tanto que todavía conservo amigas desde aquellos días".

Todavía desconoce tanto a la familia de acogida como el destino, "nos dijeron que se crean unos perfiles y se busca la afinidad entre los becados y las familias, así como de los distintos lugares". En este sentido, los pasos a seguir continúan. Este mismo fin de semana la vilagarciana tiene que trasladarse a Madrid para informarse de distintas cuestiones en la embajada norteamericana.

Lo que tiene claro Inés es que expresarse en inglés es una pasión, "siempre me ha gustado mucho el idioma. Cuando lo hablo tengo incluso la sensación de pensar de manera diferente". Tampoco quiere decantarse sobre uno u otro destino y expresa sus razones, "sé que es una experiencia que me hará madurar. Me considero una persona de gentes y que me adaptaré muy bien allí donde esté. Además, también nos dijeron que no nos obsesionáramos con el destino porque nos aseguraron que vamos a estar muy bien".

Atraída también por el sistema educativo americano, habrá que ver donde cursará en un futuro una carrera universitaria de la que lo único que tiene claro por ahora es que irá por la rama de la sanidad.