El episodio tóxico que sigue su avance en las rías gallegas puede tener muy pronto un nuevo protagonista, la toxina paralizante (PSP). Los cierres de bateas de mejillón decretados hasta ahora en los polígonos de Vigo, Pontevedra y Muros-Noia están provocados por un nivel superior a lo tolerable de toxinas lipofílicas, entre las que se encuentran la diarreica (DSP).

Pero la paralizante parece que puede abrirse camino en los próximos días, también "animada" por los vientos del sur, ya que se ha detectado un incremento "significativo" de la misma en la estación de muestreo de Aldán, en la ría pontevedresa.

El informe técnico sobre identificación y cuantificación de fitoplancton tóxico en agua de mar, actualizado ayer por el Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar), así lo confirma.

Al igual que detecta un incremento "significativo" de lipofílicas en las estaciones de Liméns, Moaña, Boca Norte y Samil, todas ellas de la ría de Vigo.

Lo mismo sucede en las de Combarro, Aldán, Raxó, Tambo y Cabalo de Bueu, en aguas pontevedresas; así como en la estación de Meloxo, ya en la ría de Arousa, que hasta ahora permanecía exenta de la popularmente conocida como "marea roja" pero donde muy pronto pueden empezar a producirse también cierres de bateas.

Máxime teniendo en cuenta que también se detectaron incrementos, aunque más débiles que en el caso anterior, en las estaciones arousanas de Xidoiros y Rianxo, como sucede en Rande (Vigo) y las estaciones pontevedresas de Bueu y Festiñazo.

No está de más recordar que la DSP (Diarrhetic Shellfish Poison) pertenece al grupo de toxinas de mayor incidencia en Galicia, tanto por su frecuencia temporal como por su extensión geográfica.

La intoxicación por DSP, que suele acudir a su cita cada primavera, puede originar "molestias gastrointestinales, diarreas, náuseas, vómitos, dolores abdominales y escalofríos, detectándose los síntomas entre 30 minutos y varias horas después -no más de 12- de haber ingerido moluscos contaminados.

Por su parte la PSP (Paralytic Shellfish Poison) se muestra en el ser humano con síntomas de intoxicación apreciables en los primeros treinta minutos después de comer moluscos tóxicos. Genera picazón o ardor en torno a la boca, labios, lengua y cara, además de otras alteraciones del sistema nervioso.

En cualquier caso, nada de esto tiene que ocurrir si se comercializa y adquiere mejillón de las bateas exentas de "marea roja", y todavía son una inmensa mayoría en Galicia.

Dicho esto procede indicar que, como suele ocurrir en este tipo de episodios tóxicos, a los primeros cierres de bateas suelen sucederlos los de bancos de infaunales, es decir, las zonas de producción de almejas, berberecho y demás especies que viven enterradas en el sustrato. Ayer, sin ir más lejos, se cerró cautelarmente, por exceso de lipofílicas, la zona de Viveiro-Celeiro.