El exconcejal, portavoz de la comisión en defensa del tren de cercanías y usuario habitual del ferrocarril Luis Sabariz Rolán alerta de que en la estación de Pontecesures la nueva marquesina mete agua, las pintadas siguen "decorando" las paredes, todavía no se retiraron restos de poda, el mobiliario urbano es insuficiente y siguen subiendo o bajando usuarios sin billete.

Esto último parece más preocupante, pues considera que si se alteran a la baja los datos estadísticos sobre pasajeros el servicio de proximidad puede verse afectado o incluso desaparecer a corto o medio plazo.

Martes de Entroido

Sabariz pone como ejemplo lo sucedido el martes con el tren 12.488. "Estaba a tope, incluso con bastantes usuarios en los pasillos, y en Catoira subió un número considerable de personas, pero sin embargo no había interventor, lo que constituye un notable perjuicio para las estadísticas de las estaciones de Catoira, Pontecesures y Padrón", relata.

Esto le lleva a insistir en algo que denuncia desde hace años, pues cree que si no se contabilizan los viajeros reales puede interpretarse que el tren de cercanías no tiene una demanda suficiente, y eso podría amenazar su continuidad.

Si los viajeros no adquieren billete tampoco figuran como usuarios y no consta que usen el tren desde apeaderos como Padrón, Pontecesures o Catoira, por lo que estas pequeñas estaciones corren el riesgo de desaparecer, considera Luis Sabariz.

De ahí que pida que se actúe de forma "legal y transparente", es decir, que se pague el billete para que las estadísticas de utilización del tren no se desplomen y que en el futuro los vecinos de municipios del bajo Ulla puedan seguir beneficiándose del servicio de cercanías.

Ya argumentó hace un año, basándose en los datos estadísticos de 2016, que unas 16.000 personas viajan gratis cada año desde las estaciones de Pontecesures, Catoira y Padrón. "Sorprendentemente -argumentaba-, aquel año bajaron en las estaciones del Ullán 56.646 usuarios, mientras que solo habrían subido 40.156".

Del mismo modo "es insólito que desde Padrón, Pontecesures y Catoira solo subieran en viaje a Santiago de Compostela 5.663, 5.132 y 3.621 viajeros, respectivamente, mientras que procedentes de la capital de Galicia bajaron en dichas villas, 7.480, 8.729 y 4.282 viajeros, respectivamente".

Esto significa que "en total se produjeron 14.416 subidas y 20.491 bajadas; y más de 6.000 viajeros de diferencia parece imposible".

Todo esto demuestra, en palabras de Sabariz, que "bastantes trenes viajan sin interventor, de tal forma que nadie cobra el servicio a los usuarios de los apeaderos de Catoira, Pontecesures y Padrón, en cuyas estaciones no se despachan billetes".

Por si fuera poco, "hay que añadir otras subidas o bajadas de apeadero a apeadero, en Catoira, Pontecesures, Padrón, Arcade y otros similares, porque cuando no hay interventor no se computa ni la subida ni la bajada".

E incluso "hay convoyes que sí llevan revisor pero no le da tiempo a cobrar el billete cuando son muchos los viajeros que suben y los trenes están llenos".

Así se lo comunicó ya tanto al departamento de Renfe Comercial como al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), pidiéndoles que actúen "para dotar a los trenes de revisores suficiente, borrando totalmente las pintadas, colocando algún sumidero y mobiliario urbano, retirando los restos de la poda realizada y corrigiendo el estado de la marquesina, pues es lamentable que se colocara todo el techo nuevo y siga entrando agua".

En sus comunicaciones a los departamentos correspondientes Luis Sabariz explica, por ejemplo, que "entra agua bajo la marquesina de la estación que se acaba de colocar", filtrándose de manera "considerable" a través de la unión de dicha marquesina con la fachada del edificio.

"Quizás la obra esté inacabada, pero considero necesario que lo sepan los responsables para que todo quede bien", explicaba Sabariz en una de sus quejas.

Ayer volvió a hacerlo para explicar que "con la lluvia intensa se aprecia con claridad que el agua sigue entrando casi a chorros en esa zona de la estación de ferrocarril de Pontecesures; y aunque los usuarios queremos pensar que la obra ni está acabada ni entregada, la demora nos hace dudar". Además de pedir que se solucione detalla que "se puede apreciar fácilmente la cantidad de agua que cae bajo la marquesina de la estación y se escucha en el techo el ruido en la zona de las filtraciones".