"El pabellón está a tope y hace años que no veía tanto disfraz". Así resumía el alcalde de Pontecesures, Juan Manuel Vidal Seage, la tarde de Entroido vivida ayer en su localidad. El mal tiempo impidió el lucimiento de los participantes por las calles del pueblo, pero como estaba previsto la fiesta se desarrolló a cubierto, en el polideportivo, y no defraudó.