Las Torres do Oeste parecen en peligro. Este espacio de indudable valor patrimonial en el que se llevaron a cabo diferentes prospecciones arqueológicas y donde se desarrolla cada año la Romería Vikinga está siendo invadido por la maleza.

La hierba que crece en la zona puede no ser un peligro, aunque sí genera una imagen de abandono. Lo que de verdad preocupa a cuantos visitan este lugar son las plantas o árboles que crecen en el recinto fortificado, y sobre todo dentro de las ruinas de las torres defensivas, ya que las raíces, los troncos y las ramas amenazan con seguir derribando la estructura.

De ello se hace eco también el PP de Catoira, liderado por Iván Caamaño, quien resalta que se trata del monumento más importante del municipio y de uno de los destacados de Galicia.

No solo es visitado cada mes de agosto con motivo del desembarco de los vikingos que remontan el río Ulla, sino que a diario, sobre todo si las condiciones meteorológicas son propicias, son muchos los ciudadanos que se pasean por el entorno, aprovechando la existencia de un atractivo sendero peatonal de madera que serpentea entre altos juncos y discurre sobre la marisma.

Es por ello que el PP catoirense denuncia la situación generada e ironiza al decir que el Concello emplea 400.000 euros en el Centro de Activación Cultural das Torres do Oeste (Cacto) para exponer en su interior elementos relacionados con los restos pero sin embargo los deja "abandonados".

Iván Caamaño plantea las acciones que, a su juicio, es necesario emprender en el entorno para rescatarlo y preservarlo. Además las plantea como compromiso electoral, en su condición de alcaldable conservador.

De este modo deja clara su intención de iluminar las Torres do Oeste "para que nuestro monumento más importante sea visible" desde el puente interprovincial que cruza sobre el Ulla "y para cualquier visitante que quiera verlas de noche".

También se compromete a "instalar una fuente de agua potable, así como mesas apropiadas, asientos, merenderos, papeleras y contenedores da basura".

El popular baraja incluso la posibilidad de que un trabajador municipal se ocupe semanalmente de supervisar el estado del recinto de las Torres y de cuidarlo, así como del mantenimiento del paseo fluvial.

Aprovecha para criticar que los aseos públicos instalados en el lugar solo estén operativos en la Romería Vikinga, pues considera que deben funcionar durante todo el ano.

Y como alcaldable, Caamaño se compromete también a afrontar una restauración de las Torres do Oeste "para conservarlas en el mejor estado posible e impedir que acaben derruidas".