La falta de personal y la baja de varios agentes en la Policía Local de Vilanova de Arousa han provocado que los agentes se encuentren realizando patrullas unipersonales, una circunstancia que ya ha provocado más de una situación de riesgo para los trabajadores municipales. El que ha tomado la decisión de que se hagan este tipo de patrullas ha sido el propio alcalde del municipio, Gonzalo Durán, que llegó a firmar una resolución en la que obliga a los agentes a trabajar en turnos de una sola persona al considerar que en Vilanova puede mantenerse perfectamente el servicio.

Sin embargo, en las últimas semanas se han dado varias circunstancias que contradicen al regidor y que pudieron acabar en un serio problema para los agentes que se vieron implicadas en ellas, al tratarse de situaciones de riesgo para su integridad física. Además, en el seno del cuerpo se considera que actuar en solitario ante determinadas situaciones, como por ejemplo, un caso de violencia de género, resulta totalmente imposible, ya que mientras se atiende a la víctima, el agresor puede huir, o lo que es peor, agredir también al agente; o actuar en solitario ante un delito, ya que resulta muy poco intimidatoria y efectiva la presencia de un único efectivo. Pese a ello, los agentes continúan patrullando en solitario y corriendo riegos en algunas actuaciones, todo ello para evitar que los vecinos critiquen la ausencia del servicio y sin refuerzos en la plantilla.

La última de ellas se registró en la tarde noche del pasado miércoles. Sobre las 21.00 horas, el 112 alertó a la Policía Local de que un vehículo circulaba por la carretera de A Cerca con una llanta reventada y dejando todo tipo de chispazos a su alrededor mientras avanzaba. El único agente que se encontraba de guardia consiguió interceptar el vehículo, encontrándose con dos individuos, vecinos de A Illa de Arousa, que presentaban signos de embriaguez. El agente procedió a practicarle la prueba de alcoholemia al conductor fuera del vehículo, una prueba en la que acabaría dando 0,24. Pero mientras esto ocurría, el acompañante saltaba al lugar del conductor e intentaba arrancar el vehículo para escaparse, pero en lugar de introducir la primera, colocaba la marcha atrás, por lo que acababa estampándose contra el vehículo de la Policía Local.

Con ciertas dificultades, debido a la agresividad del hombre, y con la ayuda de una patrulla de la Guardia Civil que se desplazó desde Cambados ex profeso, el agente consiguió hacerle la prueba de alcoholemia, donde el hombre arrojó un positivo de 0,60, una cantidad por la que solo recibiría una sanción administrativa si no fuese porque el individuo tiene retirado el carné de conducir por sentencia judicial. Esta situación le devolverá el próximo martes al juzgado para un juicio rápido.

No es la única situación en la que ha ocurrido algo similar. Hace casi un mes, otro agente se vio implicado en un incidente de conducción temeraria en el que su integridad física estuvo en riesgo.