La huelga de las ambulancias se encuentra en una nueva fase con acciones durante toda la semana en la comarca de O Salnés. Comenzó ayer con la concentración en Caldas de Reis y la frustrada reunión en el Consello Galego de Relacións Laborais donde la oferta de la patronal solo consistió en anular la propuesta de rebajar un 10% el salario de los trabajadores, explica un portavoz sindical.

Pero la plataforma reivindicativa es mucho más ambiciosa al incluir mejoras salariales reales tras tres años de congelación de salarios y la renuncia a una de las pagas extraordinarias en 2012, pero también la renovación de la flota de ambulancias y la dotación de una ambulancia medicalizada permanente para O Salnés.

Todas ellas propuestas que hoy tendrán ocasión de plantear al conselleiro Jesús Vázquez Almuiña si les recibe con ocasión de las visitas que tiene programadas al centro de salud de A Illa de Arousa y al Hospital Comarcal de Rubiáns a donde acude para presentar la acreditación como Hospital Amigo de los Niños.

Vilagarcía es hoy el epicentro de las movilizaciones de los conductores y técnicos de ambulancias para dar a conocer las causas básicas de un conflicto laboral en el que la Xunta tiene mucho que decir, pues es la administración que puede actualizar las concesiones del servicio, argumento que la patronal esgrime en cada reunión.

Pero los trabajadores ya no están dispuestos a renunciar de nuevo a derechos que consideran laminados desde hace años. "Un conductor con 15 años de antigüedad, 16 horas extraordinarias, nocturnidad, y prorrateo de pagas extras percibe un salario de en torno a 1.500 euros mensuales", señala uno de los afectados.

Una situación que se agrava con ocasión de los nuevos contratos. "Las empresas quieren bajar todavía más los costes y cuando pueden contratan a personas sin experiencia, que no conocen las rutas ni tampoco a los pacientes, cosa que en zonas rurales como la de O Salnés es fundamental", explica uno de los portavoces sindicales.

De ahí que consideren importante subrayar que en la comarca el respaldo a la huelga es absoluto, pese a que no aparente visible.

"La mayor parte de los trabajadores están de acuerdo con el conflicto aunque parezca invisible por los servicios mínimos impuestos por la administración", insisten.

De hecho se decretó el 50% para cada tipo de servicio pero en O Salnés es del 100% pues hay dos ambulancias y una está destinada a altas y traslados mientras que la otra es la UVI móvil que tiene que estar activa las 24 horas.

Estiman que el personal afectado por el conflicto en la comarca arousana son unos 65 trabajadores asignados a las nueve ambulancias ordinarias y las extraordinarias.

Una buena parte de ellos asistieron ayer a la concentración frente al centro de salud de Caldas de Reis, donde estuvieron acompañados por los equipos de dos ambulancias en servicios mínimos de esta zona geográfica.

En la villa caldense, los trabajadores en huelga repartieron octavillas en el mercado municipal para que los vecinos conozcan los motivos de su movilización y entiendan que pueden resultar afectados en el caso de que precisen transporte asistencial en un momento dado. Hasta el momento, en la comarca arousana, la incidencia de la huelga apenas significó demoras de atención a pacientes ni tampoco se han registrado sabotajes como los que se denunciaron la pasada semana en otras zonas de Galicia.

El personal de ambulancias espera que se reconduzca este conflicto si bien la próxima reunión con la mediadora de la Xunta de Galicia ha sido fijada todavía para el próximo 28 de febrero por lo que el calendario de movilizaciones sigue activo.

Así, los trabajadores están convocados para esta mañana a las 11.00 horas en el Hospital do Salnés; el miércoles estarán en Cambados y el jueves en Vilanova de Arosa, según las previsiones iniciales que se han pautado en función de la celebración de los mercadillos ordinarios.

Los paros están convocados por los sindicatos CIG, UGT y CCOO y se prolongarán, a través de un tercer tramo, hasta el 10 de marzo. A partir de esta fecha, la protesta será indefinida.

La decisión de comenzar esta movilización fue tomada por los tres sindicatos convocantes después de que, tal y como afirman, la patronal pusiese fin a la mesa de negociación tras tres años de conversaciones. Los trabajadores aseguran que las condiciones que les proponen suponen rebajas salariales de entre un 6 y un 7 por ciento, así como la reducción de los días de asuntos propios y recortes en cuestiones como el lavado de ropa y uniformes.