Sin cumplir con la inauguración inicial prevista por parte de las autoridades anunciadas, el polígono industrial de Nantes está ya en marcha, en este momento con cinco empresas que vierten a la red de saneamiento, conectada ésta desde 2007 en fase de obras al colector de Meaño, para llevar las aguas del polígono a la EDAR de Os Pasales en Dena. Aunque en las declaraciones que se conocían ayer del gobierno local de Telmo Martín, relativas a que la conexión a la red de Meaño "está solventada", lo cierto es que la polémica cuestión sigue en punto muerto desde el pasado otoño, sin que se produjera avance alguno en la negociación entre concellos o con la Xunta

Preguntada sobre el particular la alcaldesa de Meaño Lourdes Ucha reconoce que, desde la posición de enroque originada hace un año, "todo está parado y no se ha avanzado absolutamente nada". La regidora meañesa insiste en su posición de partida: "Siempre defendimos, y seguimos defendiendo, que la solución pasa por una actuación doble: habilitar un nuevo colector en Meaño, como estaba pactado con Sanxenxo, para llevar las aguas conjuntas de Meaño y del polígono, hasta la EDAR de Os Pasales, haciendo frente así al incremento de caudal. Y, a mayores, actuar en la PO-550 en Dena y Castrelo para evitar que las pluviales entren en la red de residuales, lo que satura la EDAR de Os Pasales. Solo con estas dos actuaciones se puede paliar el problema en el colector y en la EDAR que, de hecho, ya ahora venimos padeciendo, pero ello requiere de una inversión considerable por parte de la Xunta". De hecho se ha constatado como, en varias ocasiones, los vertidos residuales de una empresa que venía trabajando desde hace unos años en este polígono no abierto, se ha traducido en vertidos contaminantes tan densos que saturaron y obturaron la red y el colector en Meaño a la altura de Abuín, lo cual han denunciado en reiteradas ocasiones vecinos de Dena a través de las fuerzas de seguridad.

El polígono de Nantes cuenta actualmente con cinco empresas ya asentadas: la carpintería de madera Carpiglob, que responde a una firma familiar de Noalla de hace 30 años, que ha trasladado su sede al polígono, el aserradero de piedra Graremi, una nave de la firma Meigallo, que comercializa complementos y, las últimas en llegar, hace un mes, Inelsa, especializada en energía solar que ha habilitado en el polígono una nave-almacén, y la firma de fragueiros Villanueva e Hijos.

A ello se suman los trabajos ya en marcha, por parte de una empresa coruñesa que trabaja habilitando la cubierta y el acabado de una nave de grandes dimensiones de Vegalsa-Eroski, como centro logístico destinado a la venta a mayoristas, y que se prevé esté operativo este próximo verano. El polígono cuenta también, de momento, con una parcela dedicada a almacén de una constructora, otra prevista para una lavandería industrial -parada desde hace tiempo- y, a modo de previsión, otra que dispone de autorización para la apertura futura de una gasolinera.

Las empresas operativas están ya conectadas a la red de residuales y, en breve, tendrán acceso a agua y luz que suministrará la empresa eléctrica desde la subestación habilitada en el polígono en cuestión, según reconocen los empresarios asentados, de dos semanas. "De momento -reconoce uno de los consultados- disponemos de energía eléctrica mediante generadores nuestros, y tenemos agua gracias a pozos propios que hemos construido".

Polémica abierta

La conexión del polígono de Nantes al colector de Meaño es un conflicto abierto en que las partes no han hallado solución política a una cuestión cuya legalidad es, cuando menos, cuestionada por las partes.