Rebeca Castro Barreiro (Caldas de Reis, 1991) se licenció en Psicología por la Universidade de Santiago. Responsable de las áreas de Prevención y Voluntariado de la Asociación Española contra el Cáncer en Pontevedra, forma parte de un equipo de siete personas que atiende a los pacientes y sus familias de toda la provincia.

-Hoy es el Día contra el Cáncer Infantil. ¿Desarrollan los niños enfermos una mayor resistencia emocional que los adultos?

-Los niños son muy flexibles a nivel general. Su cerebro tiene aún una gran plasticidad, y eso les permite tener una buena capacidad de adaptación. Pero no se pueden dar respuestas absolutas, porque del mismo modo que no hay dos cánceres iguales, tampoco hay dos maneras de afrontar la enfermedad iguales. Y así como encontramos niños que salen adelante perfectamente, también vemos otros a los que terminan surgiéndoles dificultades con el colegio o a la hora de establecer relaciones con sus compañeros.

-¿Ofrecen atención psicológica también a las familias de los pacientes?

-Sí, y de hecho en ocasiones las familias necesitan más apoyo que los propios pacientes.

-¿Por qué?

-Por un lado, por el miedo a perder a su familiar o a que sufra. Pero también porque para ellos significa un cambio drástico en su vida. Hay personas que se encargan casi en exclusiva de la atención de las personas enfermas, y eso supone para ellos una enorme carga emocional y física. Y si el paciente fallece, su familia puede necesitar ayuda durante el duelo.

-¿Está infravalorada la figura del cuidador?

-Cada vez se visibiliza más, pero sí es cierto que siempre pensamos en la persona enferma y tendemos a olvidarnos del sufrimiento de su familia.

-¿Cómo reaccionan los padres en los casos de cáncer infantil?

-Que enferme de manera grave un hijo se vive como algo antinatural, y por lo tanto genera una angustia enorme. También aparece en los padres un sentimiento de gran responsabilidad hacia el niño, y les surgen dudas de si lo están haciendo bien o si están haciendo lo suficiente.

-¿Cuál es la diferencia entre un paciente que necesita ayuda de un psicólogo y la recibe, y otro que no obtiene ese servicio?

-El objetivo de la intervención es evitar un futuro trastorno emocional, pues se ha visto que la sintomatología ansiosa y depresiva es más común en las personas que no recibieron apoyo psicológico durante el proceso.

-¿Sigue necesitando apoyo psicológico el paciente una vez ha superado con éxito el tumor?

-Muchas veces sí, porque los tratamientos le han dejado secuelas, o su imagen personal está distorsionada, lo que les genera una serie de necesidades emocionales. En ese momento, la persona tiene que aprender a convivir con una nueva realidad personal, con una nueva imagen, y eso no siempre es sencillo.