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O Salnés fracasa en su estrategia de hacer un frente común contra los vertidos

Los técnicos impidieron a los concellos cederle a la Mancomunidade las competencias para perseguir a las empresas infractoras -Los ayuntamientos actúan en solitario

Acto de inauguración de la depuradora del río Umia. // Noé Parga

Cansados de los constantes vertidos industriales al río Umia, en marzo de 2016 los alcaldes de la Mancomunidade do Salnés iniciaban un camino pensado para acabar con esa pesadilla de las aguas contaminadas: los concellos delegarían sus competencias en materia de sanciones en la Mancomunidade, y se crearía un reglamento con multas de hasta 100.000 euros. Todo buenas intenciones que han quedado en nada.

Incluso se ha resquebrajado la buena sintonía que se adivinaba entonces entre los diferentes Ayuntamientos, gobernados por partidos de distinto signo político. La oposición de los técnicos a que los Concellos cedan a la Mancomunidade la competencia de control sobre los vertidos, y los titubeos de algunos alcaldes, temerosos de que los empresarios infractores les echasen en cara eventuales despidos, dieron al traste con el proyecto de centralizar en la organización comarcal la lucha contra la contaminación de los ríos.

Hoy, ni siquiera existe un discurso más o menos común entre los responsables de algunos Ayuntamientos, y en sus declaraciones incluso dejan entrever que hay municipios que son más duros con las empresas infractoras que otros. Eso, habida cuenta de que los cursos fluviales pasan generalmente por varios municipios, significa que por muy bien que lo haga uno, si otro no hace sus deberes todo el trabajo se va al traste.

Contaminación en Cabanelas

Hace menos de dos semanas se registró un nuevo vertido al río Pequeno, que es un afluente del Umia, al que desemboca en las proximidades de la estación de bombeo de Cabanelas.

Una vez más, el agua bajaba teñida de rojo en lo que parecía una gran mancha de salsa de escabeche, y las declaraciones al respecto de Gonzalo Durán (alcalde de Vilanova y presidente de la Mancomunidade por el PP) y de Víctor Caamaño (teniente de alcalde de Cambados, BNG) casi se pueden leer como dardos cruzados.

Así, Gonzalo Durán manifestó a preguntas de este periódico que "no entiendo como pueden seguir vertiendo empresas que son reincidentes", y que si los Concellos tuviesen mano dura con las sanciones, éstas cundirían efecto.

"Ante una orden firme de cierre, se acaban los vertidos para siempre. Lo que no puede ser es que a las empresas les salga gratis echar a la red sus residuos sin depurar", añade Gonzalo Durán.

Mientras, Víctor Caamaño, quiere puntualizar que "con ese vertido daba la sensación de que era un problema solo de Cambados, pero no hay que olvidar que ahí confluyen tres concellos y las redes de tres polígonos industriales". "Nosotros (Cambados) sí intentamos luchar contra los vertidos, pero todos los Ayuntamientos tienen que perseguir la infracción".

A modo de ejemplo, recuerda que el río de A Ucha, que baja por Corvillón hacia el estanque de A Seca, nace en San Miguel de Deiro. Y periódicamente trae en su curso aguas residuales, de origen difícilmente localizable.

Víctor Caamaño señala que en las juntas ejecutivas de la Mancomunidade se quedó también en que se requeriría a las empresas que enviasen sus permisos de vertido, para comprobar que todo estuviese en regla. "Y algunas lo fueron enviando". Pero no lo hicieron todas.

De modo que mientras que aunque en los últimos años sí se comarcalizaron varios servicios -los ejemplos más recientes son el Centro de Información á Muller, el parque de maquinaria pesada y el servicio de retirada de nidos de avispa velutina-, la lucha contra los vertidos sigue siendo una pelea básicamente aislada e individual.

Entrada de agua de mar

Otro de los problemas que tiene el saneamiento en O Salnés son las filtraciones a la red del agua de mar. Lo saben bien por ejemplo en O Grove, ya que en O Corgo son constantes los problemas originados por la entrada del agua marina en la red.

La edad de los materiales con los que están construidos los colectores antiguos, y la corrosión que produce el agua salada inciden negativamente en el saneamiento, hasta el extremo de que obstruyen algunos de los procesos de depuración, tal y como explicó la concejala grovense de Medio Ambiente.

Este mismo problema se produce en Dena (Meaño), en cuya depuradora la Xunta invirtió solo en 2017 más de 300.000 euros en trabajos de mantenimiento, así como en la de Tragove, que da servicio fundamentalmente a los municipios de Vilanova y Cambados.

Hace tiempo que se reclama desde diferentes instancias políticas y sociales de O Salnés un saneamiento integral de la ría de Arousa. Se trata de un proyecto pensado para salvaguardar la calidad del agua de la considerada ría más rica del mundo, y que exigiría a buen seguro una inversión multimillonaria para la construcción de depuradoras más grandes y modernas, y la sustitución de cientos de kilómetros de tuberías obsoletas.

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