Las prometidas medidas de seguridad viaria llegan a la Carretera do Conde, donde el radar llegó a detectar en ocasiones cómo algunos vehículos circulaban hasta a 140 kilómetros por hora, a pesar de tratarse de una zona con la velocidad limitada a 30.

Es, no cabe duda, uno de los viales más peligrosos del Concello de O Grove, y también de los más concurridos, tanto por peatones y turismos como por vehículos pesados, ya que conduce desde Terra de Porto hacia la zona industrial de Virxe das Mareas y Porto Meloxo.

De ahí la importancia de las medidas correctoras a introducir, en concreto cinco pasos de peatones sobreelevados y un reductor de velocidad con los que propiciar la reducción de velocidad que tanto reclamaron los vecinos del entorno en los últimos años.

Siradella y Meloxo

Y no será la única actuación a emprender de forma inminente en materia de seguridad viaria, ya que se colocará otro badén en la conocida como subida a Siradella, exactamente ante las empresas instaladas al lado de esa carretera, ya que el tránsito de peatones y vehículos también es notable en ese punto.

De igual modo se habilitarán dos reductores de velocidad en la subida a Meloxo o Fonte de Liñares y alguno más en la carretera interior de San Vicente, que avanza hacia esta parroquia desde la iglesia de San Martiño.

Entre estos últimos destacan el previsto cerca del templo parroquial y otro en Reboredo, a la altura de la bajada a playa Mexilloeira.

Así lo concretó ayer el alcalde grovense, José Cacabelos, quien había insistido en varias ocasiones en la necesidad de acometer estas mejoras y en la peligrosidad de tramos como el de Carretera do Conde.

Ahora logra lo que había demandado, de nuevo gracias al apoyo de la Diputación de Pontevedra, de ahí la satisfacción que mostraba al anunciar estos trabajos.

Los explicaba diciendo que "corresponden a la segunda fase del Plan Móvese que la Diputación está poniendo en marcha en toda la provincia, y nosotros le trasladamos en su momento la necesidad de acometer estas mejoras y aplicar un cambio de política que empezaba por retirar los polémicos semáforos instalados por el anterior gobierno y aplicar otros modelos de seguridad viaria, como los badenes y reductores de velocidad".

Y es ahora "cuando esta segunda fase del plan nos permitirá introducir una mejora notable en diferentes viales, pero sobre todo en la Carretera do Conde, que es donde existe mayor inseguridad vial y se produjeron los últimos accidentes y atropellos".

Nueva rotonda

Tras indicar que "ya está adjudicada esta obra", José Cacabelos recuerda que "en este mismo plan de la Diputación está en proceso de adjudicación la obra de la rotonda en la recta de San Vicente, a la altura del cruce de As Lampáns y As Bizocas, por lo que pronto podrá hacerse realidad".

En este sentido, declara el regidor que "en la Diputación nos dicen que quizás pueda adjudicarse este mismo mes para empezar la obra de inmediato".

Volviendo a lo que representa la obra de Carretera do Conde, hay que recordar que el alcalde ya había expuesto hace un par de años que era necesario buscar el modo de "dar a los ciudadanos la seguridad y tranquilidad que demandan y necesitan".

Los vecinos insistían entonces en que se sentían "inseguros" cuando salían a la calle e incluso cuando iban por las aceras.

"Es necesario instalar badenes, colocar señales de limitación de la velocidad o incrementar la presencia policial para disuadir a los infractores y evitar que ocurran desgracias; que hagan lo que quieran, pero es necesario actuar con urgencia porque la situación es insostenible", proclamaban los ciudadanos.

Ante tal preocupación, y como ya había hecho para diversos lugares de San Vicente, Reboredo y Balea, Cacabelos pidió apoyo a la Diputación e indicaba que "la nueva ordenanza aprobada establece un máximo de 30 kilómetros por hora en el casco urbano, y vamos a ser tajantes para conseguir que así sea, también en la Carretera do Conde".

Para ello proponía "tanto acciones disuasorias como un trabajo de concienciación, pues no puede entenderse ni tolerarse que algunos conductores lleguen a casi quintuplicar la velocidad permitida".

Ahora las reivindicaciones planteadas por los vecinos y el gobierno socialista han sido atendidas, lo cual lleva a José Cacabelos a sacar pecho diciendo que "tanto el Concello como la Diputación seguimos impulsando un cambio prácticamente total en cuanto a control de velocidad y seguridad viaria tanto en el casco urbano como en las carreteras rurales".

Lo que sucede es que "en el lado contrario de la balanza vuelve a situarse la Xunta, ya que sigue marginando a O Grove y se niega a instalar los badenes que le hemos solicitado para las avenidas Xoán XXIII y Teniente Domínguez", lamenta Cacabelos.

Termina diciendo que "en la última reunión que mantuve con ellos decían que por lo menos los de Teniente Domínguez podrían ser asumibles, pero nada más supimos de aquello y tampoco nos concedieron la reunión que solicité con la conselleira, por lo que tristemente debo decir que una vez más todo aquello que puede beneficiar a O Grove pero compete a la Xunta queda bloqueado".