Cada año que pasa el mejillón gallego cobra mayor prestigio y protagonismo en el mercado internacional. Esta circunstancia, unida a la ausencia generalizada de biotoxinas marinas, prácticamente desde la primavera del pasado ejercicio, hacen que los pedidos sigan siendo fuertes incluso ahora, una época teóricamente floja en cuanto a ventas.

Pero si el balance de 2018 resultó espectacular, también es cierto que este arranque de 2019 resulta igual de positivo.

Una de las razones, como se mostraba ayer en la edición digital de FARO, es la sorprendente demanda de molusco que llega desde Italia, de ahí que los bateeiros trabajen con intensidad.

Ayer, por ejemplo, las descargas eran innumerables en todas las rías gallegas, con especial intensidad en la de Arousa.

Hay que explicar que en el último semestre de cada año se despliega la llamada "campaña de Italia", consistente en el envío masivo de mejillón para el mercado de fresco -depuradoras- del país mediterráneo, al igual que se hace, aunque en menor medida, para los centros de expedición de Francia.

Lo llamativo es que la campaña internacional sigue en marcha a estas alturas, y si bien es cierto que se encuentra en su recta final, "estamos sorprendidos con la gran cantidad de pedidos que tenemos por parte de Italia", explicaban los productores a pie de puerto.

Baste como ejemplo lo sucedido en Porto Meloxo (O Grove), donde barcos auxiliares de acuicultura descargaban sin descanso desde primeras horas para la cooperativa de mejilloneros Amegrove y otras entidades del sector.

Durante toda la mañana no dejaban de llegar embarcaciones a puerto repletas de sacos, mientras en tierra esperaban los operarios con las carretillas elevadoras para introducir los palés repletos de "oro negro" de batea en los camiones frigoríficos encargados de hacer la ruta.