El alcalde de Catoira, Alberto García, volvió a volar ayer en busca de las raíces vikingas de su localidad. Y más concretamente viajó a los países del Norte para conseguir un molde para construir otra réplica exacta de un drakkar. Será el tercer barco de guerra del Concello, aunque para construir este se usará poliéster y no madera.