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Expulsan de la lonja de Cambados a un grupo de jubilados que interferían en las subastas

El patrón mayor dice que la antigüedad de la nave impide adaptarla para visitas turísticas

Interior de la lonja de Cambados, durante la tarde de ayer. // Iñaki Abella

La cofradía de Cambados ha ordenado la expulsión de la lonja de un grupo de personas ya jubiladas que, presuntamente, interferían en las subastas de pescado y marisco. Además, ha puesto los hechos en conocimiento de Portos de Galicia y de la Guardia Civil, y ha dado instrucciones para que estas personas no vuelvan a entrar en la lonja.

Según han denunciado varias pescantinas, estos jubilados no solo andaban por la zona reservada a los compradores profesionales, sino que también intentaban adquirir lotes de producto pidiéndole a algunos compradores que los cogiesen por ellos, ya que en las rulas solo se permite la venta a los profesionales.

Las pescantinas entendían que esta situación era insostenible, pues suponía la injerencia de personas externas en el desarrollo de las subastas, de ahí que se dirigiesen a la cofradía para pedir que pusiese freno a esta práctica.

El pósito, finalmente, ha ordenado que los particulares no podrán estar dentro de la lonja durante la celebración de las subastas. Con esa medida, pretenden, por un lado, que solo los profesionales participen en las pujas, pero también han tomado la decisión por motivos de seguridad, ya que se trata de una zona de trabajo donde el suelo está mojado, hay máquinas elevadoras en constante movimiento, y algunas tardes el espacio entre cajas es tan reducido que no puede descartarse alguna caída o accidente.

Así las cosas, la cofradía decidió vetar el paso a la subasta del público general. Pero un grupo de jubilados no lo tomaron bien, y la primera tarde en que se aplicaba la medida se cruzaron de brazos y se negaron a abandonar las instalaciones. El pósito se vio obligado a avisar a Portos de Galicia y a la Guardia Civil.

La llegada de una patrulla permitió que las aguas volviesen a su cauce, y los particulares abandonaron el edificio.

En la práctica, las lonjas son instalaciones cerradas al público, sobre todo mientras se están celebrando las subastas. Algunas cofradías sí permiten, y hasta fomentan las visitas, como es el caso de la de O Grove, pero la diferencia es que ésta cuenta con una galería ya reservada para los particulares, de modo que estos pueden observar el desarrollo de la subasta, pero sin acercarse a los alimentos ni interferir de ningún modo en la puja de los profesionales.

El patrón mayor

El patrón mayor, Ruperto Costa, siente mucho lo sucedido y reconoce que expulsar a los jubilados no ha sido para él plato de buen gusto, pero sostiene que su comportamiento no estaba siendo en absoluto correcto. "Lo que no puede ser es que haya gente por allí estorbando a los autónomos que están pagando sus cuotas mes a mes y que tienen el tiempo justo para comprar algo en Cambados e irse a otra parte", declaró Costa.

Sobre la posibilidad de permitir las visitas turísticas, el patrón mayor dice que le gustaría que las hubiese, pero añade acto seguido que "la lonja de Cambados se está cayendo a trozos. Llevamos con ella desde 1991 y ahora necesitamos a gritos una lonja nueva. Tal y como la tenemos ahora, no la podemos preparar para recibir visitas".

Hay que tener en cuenta de que en Cambados funciona Guimatur, una asociación de mariscadoras que han hecho una serie de rutas turísticas por lugares relacionados con su trabajo, y en la que se incluye la lonja. Además, el Concello instaló en ella el pasado año una serie de grandes carteles sobre los oficios del mar y sus productos, especialmente pensados también para los forasteros.

Pero Costa sostiene que incluso hay un problema de espacio para habilitar una zona separada, como se hizo en O Grove. "Hay días en que aquí nos juntamos con tanta mercancía que no hay ni por donde andar. Necesitamos una lonja nueva. Somos una cofradía que factura ocho millones de euros al año, y creo que nos mereceríamos unas instalaciones dignas y acordes con lo que allí se está moviendo". Pero una obra así sería costosísima, impensable sin la administración.

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