Hasta no hace mucho, Dositeo Valiñas Fernández conducía. Una caída doméstica le privó de ir y venir él solo en coche, pero no le apartó de sus vecinos. A sus 98 años, el que probablemente sea el cura en activo de más edad de Galicia, sigue dando misa los sábados por la noche en Ribadumia, y los domingos por la mañana en Leiro y de nuevo en Ribadumia. Si se encuentra bien, también oficia los funerales que se producen por la semana. Llega a la iglesia en silla de ruedas y da la misa sentado, pero aún lee y predica. Uno de sus más estrechos colaboradores, el profesor e historiador Hernando Martínez Chantada, cuenta que "Dositeo Valiñas es un hombre afortunado en salud, pero también está así porque tiene una familia excepcional cuidándole, que mira por él como si fuese un padre".

Que siga dando misa a los 98 años es un prodigio que es posible por su fuerza de voluntad y su buena salud, pero también por el apoyo incondicional de un grupo de seglares que le echan una mano en todo lo que pueden. Al lado del veterano sacerdote están desde Ramón Serantes, que además de cuidarle en casa, le lleva en coche y le ayuda en la iglesia con los misales y el micrófono, hasta Gumersindo Camba, que en el pasado fue sacerdote. El propio Hernando Martínez redacta la hoja parroquial, y varias mujeres le ayudan dando las comuniones y con las lecturas.

Dositeo Valiñas cumple hoy 98 años, y una vez más la casa rectoral de Santa Baia de Ribadumia se convertirá en un hormiguero de gente que acudirá para felicitar al cura y compartir con él unos dulces y unos minutos de conversación. El sábado, Valiñas será uno de los protagonistas de la comida anual de la asociación Festas de Ribadumia, que este colectivo ha convocado para recaudar fondos para las fiestas patronales, y en el transcurso de la cual se le hará un pequeño homenaje a Valiñas.

El sacerdote nació el 7 de febrero de 1921 en Vilarchán (Quireza, que pertenece a lo que antes era el municipio de Cerdedo), y llegó a Ribadumia a los 23 años, como coadjutor propuesto por la casa de la Duquesa de Alba. Dejó pronto una huella indeleble entre sus vecinos.

Porque Valiñas jamás se limitó a la actividad eclesiástica, y con el tiempo se convirtió en un pulmón para su parroquia, al participar en proyectos sociales como la creación de una caja de ahorros para los agricultores, de una escuela de baile o del club de fútbol Ribadumia.

Gracias a su buena disposición a la hora de ceder terrenos del Iglesiario para nuevas infraestructuras públicas, hoy existen en el entorno de A Senra desde el Auditorio municipal al campo de fútbol, pasando por el tanatorio, el centro de salud o la controvertida pousada.

Adelantado en muchos aspectos a su tiempo, en 1948 puso a andar el catecismo, creó un grupo de Acción Católica y promovió en 1958 el que entonces pasaba por ser primer salón parroquial de O Salnés. También fue de los primeros sacerdotes en emplear la lengua gallega en la mayor parte de las misas -por lo que el Ayuntamiento de Ribadumia le dedicó un año sus actos de las Letras Galegas-, y en 2011 fue nombrado Fillo Adoptivo de la localidad arousana.

Los años han pasado, y van haciendo mella en el cuerpo de Valiñas, pero no en su intelecto. "Tiene la cabeza muy bien amueblada y una memoria prodigiosa, da gusto hablar con él", prosigue Hernando Martínez Chantada, que más de una vez ha quedado maravillado con la impresionante biblioteca del clérigo. También es de gran altura intelectual su hermano, Carlos Amable Baliñas (quien escribe su apellido con B), que fue catedrático y decano de Filosofía en Santiago y que todavía acude prácticamente todos los domingos a Ribadumia a comer con Dositeo.

Dositeo Valiñas fue y todavía es cura. Pero ha sido mucho más que eso. Ha sido un vecino inquieto y activo como el que más. Por eso su cumpleaños no es solo un cumpleaños, es una celebración para toda la comunidad.