Los grandes parques acuáticos del Norte de España y Portugal abren sus puertas el primero o el segundo fin de semana de junio. Pero el de Meis difícilmente llegará ya a tiempo para presentarse en sociedad para esa fecha. Los plazos se echan encima, y el propio alcalde del municipio, José Luis Pérez, admite que "vamos muy justos con los plazos".

La construcción del parque acuático podría ejecutarse en cuatro o cinco meses, siempre y cuando la meteorología fuese benigna. Pero antes de que las palas excavadoras y los obreros lleguen al monte de Penente donde se va a construir, aún queda un camino por recorrer que no será corto.

"Lo que quedan son unos flecos, pero hay que resolverlos", manifiesta José Luis Pérez. En primer lugar, la empresa tiene que realizar una serie de modificaciones constructivas que le han pedido los técnicos municipales; también tienen que presentar un informe de seguridad e higiene, que le han solicitado los bomberos; y falta que la Xunta de Galicia construya la depuradora de aguas residuales que el Ayuntamiento de Meis le pidió en 2017 para Penente.

"Sí que vamos muy justos de tiempo, pero son detalles que van apareciendo y que hay que hacer bien", declara el alcalde de Meis, que en las últimas semanas ha sido diana de los dardos tanto del BNG como el del PSOE de la localidad, que creen que el parque acuático solo es una gancho electoral.

Ayer, el ejecutivo celebró la junta de gobierno semanal, y aunque estaba previsto aprobar en ella el proyecto de obra y ejecución, finalmente, se cayó de la orden del día. "Si fuese posible, celebraríamos una junta de gobierno extraordinaria el viernes para aprobar el proyecto", concluyó Pérez.