Por difícil que puedan parece vocablos como mínimo común múltiplo, distributiva o fracciones también tienen una musicalidad más que comprobada por los alumnos de 6º de Primaria del colegio Sagrada Familia-Filipenses de Vilagarcía.

Echando por tierra cualquier cliché negativo acerca de la música rap, la profesora Rocío González ha dado con la tecla para convertir las Matemáticas en la clase favorita de sus alumnos. El ritmo ha hecho fluir la atracción por la asignatura potenciando además otro tipo de habilidades en el grupo. Una de ellas es la de escribir letras en base a una temática muy concreta.

"Tiene muchos efectos positivos. Primero porque es un método experiencial y manipulativo. Además da lugar a un aprendizaje más significativo y participativo con una música más cercana a los gustos de los alumnos. En dos o tres clases ya son capaces de preparar por grupos sus letras y adaptarlas a la música a la vez que hacemos un recordatorio de todo lo que se ha avanzado en la materia en el trimestre", señala la profesora.

En la misma línea, Rocío González considera que esta dinámica de aprendizaje, que supone una vuelta a lo bueno del pasado sin perder un ápice de modernidad, "ayuda a que todo le quede de una manera más nítida. También hay métodos con tablets u ordenadores, pero lo experiencial siempre ayuda a que todo quede más claro". Y es que componer una buena letra resulta materialmente imposible sin comprender aquello que se cuenta y estos alumnos lo pueden comprobar a la par que juegan con sus looks y sus complementos para demostrar que el rap sirve para mucho más que para peleas de gallos.

Incluso la eficacia del método se ha comprobado en otros cursos y con otras materias. Rocío, también profesora de Lengua en 4º curso, ha comprobado que aprendizaje y ritmo conforman un perfecto maridaje. El libro preferido de un alumno autista se convirtió, no solo en fuente de inspiración de las letras, sino también en un enorme gesto de cariño e integración grupal de sus compañeros de clase.

Reconoce la profesora que "éste es el primer año que lo ponemos en práctica y les gusta mucho. Incluso en las clases están más atentos para ver que pueden ir utilizando para sus letras. Además, todos los viernes tocan juegos matemáticos que también les ayudan".

Y es que en el Filipenses ya ha quedado claro que las Matemáticas no son solo números, sino también letras, pero con mucho flow.