La campaña de la lamprea en el río Ulla avanza peor de lo que se esperaba. Comenzó por todo lo alto, con capturas abundantes y madrugadoras, para satisfacción del colectivo de valeiros. Pero todo cambió de pronto y ahora parece que el cartilaginoso pez brilla por su ausencia.
Los pescadores de las cofradías de Carril y Rianxo que operan en aguas de Pontecesures hablan de una "preocupante" disminución de capturas y sospechan de que esto tiene que ver con el hecho de que el caudal "bajó demasiado durante estas últimas semanas en las que hizo tanto frío porque no cayó ni gota". Y ya se sabe que el primitivo parásito de mar necesita de ríos caudalosos para remontarlos y acudir a los lugares de desove.
Uno de los miembros del sector indicaba ayer que "la lamprea no está subiendo porque en las últimas tres semanas sin llover se escapó mucha agua del río, y por tanto no pescaremos de nuevo hasta que llueva en abundancia".
A la espera de que vuelvan las lluvias, suba el nivel del agua y regresen las lampreas, los valeiros sostienen también que aunque hay pocas capturas los precios son relativamente bajos.
"La semana pasada estábamos pescando una o dos por barco, y alguno ninguna; el lunes levantamos los aparejos que habíamos calado el sábado y apenas se cogieron cuatro cinco ejemplares entre todos los barcos participantes", explica uno de los valeiros, cuyas lampreas vende a 35 euros más IVA, en el caso de las grandes, y a 25 euros si son ejemplares medianos.
Junto a él otro valeiro esgrime que desde que empezó la campaña solo pudo capturar cinco ejemplares, en su caso vendidos a 50 euros cada uno.