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Carlos Viéitez, elegido para ser alcaldable del PP de Meaño

Es natural de Xil y desde hace once años ejerce como juez de paz, además de trabajar como técnico en la Mancomunidade do Salnés

Ucha y Viéitez. // Iñaki Abella

Se despejó la incógnita y en la noche de ayer la asamblea de afiliados y colaboradores del Partido Popular de Meaño aclamó a Carlos Viéitez como el alcaldable de la formación en las municipales de mayo. Lo hizo en una asamblea que tenía lugar en la sede social, ubicada desde hace años en el barrio de Coirón, en Dena, y a la que acudía para apoyar su relevo la regidora y actual líder Lourdes Ucha, que ejerció hasta ahora como presidenta de la gestora del PP local.

A la elección de Viéitez le queda ahora por delante el requisito, poco más que simbólico, de su aceptación en la cúpula provincial del partido.

Natural de Xil, Carlos Viéitez Fernández ejerce desde hace once años como juez de paz en Meaño, una labor que combina en los últimos años con su vinculación profesional como técnico de la Mancomunidade do Salnés. Ya lo tentó en 2015 el grupo de Meaño Independiente para integrar los primeros puestos de su lista, pero evitó comprometerse. En otoño de 2018 el PP inició su acercamiento a Viéitez, con el objetivo de que pudiera ser su alcaldable en 2019. Cierto que entonces todavía no había deshojado su decisión Lourdes Ucha, por lo que, a nivel de la cúpula provincial, el partido no alentó paso alguno, en espera de que la regidora se decantara. La controvertida encuesta realizada entre los vecinos en noviembre acabó por desestabilizar la frágil situación, y en ella ya aparecía entre los nombres de posibles alcaldables el de Carlos Viéitez. Cuando Lourdes Ucha comunicaba públicamente su paso atrás no hacía sino acelerar los contactos en busca del ansiado alcaldable.

Un sector fuerte de la base abogaba ya desde antes del verano por integrar a MI en su formación, en aras a presentar una candidatura conjunta bajo el ala del PP. El objetivo, reconocen, "evitar la fractura social, como la que conllevó las elecciones de 2015". Pero la fusión no cristalizó, unos por el rechazo a los primeros espadas de un MI que, desde la oposición, habían contribuido a acelerar el desgaste a Lourdes Ucha, y otros por algunas condiciones draconianas que ponían sobre el tapete.

La segunda de las opciones era "encontrar a alguien de peso fuera del mundo de la política" y pronto apuntaron a retomar el contacto con Viéitez. En caso de fracaso la tercera opción era designar un alcaldable de dentro del partido como Ramón Tilve.

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