La situación de la sanidad pública gallega no solo está en primera línea de la agenda política a nivel autonómico, sino también en muchos municipios. Uno de ellos es el de A Illa, donde anoche se debatía una moción presentada por el grupo de gobierno en la que se reclama una mejor sanidad y la dimisión de varios altos cargos de la Consellería. El texto fue aprobado por los votos a favor del PSOE y el BNG, mientras que los concejales del PP votaron en contra. Uno de los argumentos de los conservadores es que no comparten la petición de dimisiones.

El alcalde de A Illa, Carlos Iglesias, apunta que "hay una involución en la sanidad gallega. Estamos peor que hace muchos años".

Sobre la recogida de firmas que se está haciendo para exigir un pediatra estable en A Illa y Ribadumia -ambos municipios comparten profesional-, Iglesias ha manifestado que "va a muy buen ritmo, porque es un problema que la gente sufre".

El Ayuntamiento isleño ha repartido impresos para firmar tanto en edificios públicos y farmacias como otros negocios (caso de bares y peluquerías) y se los ha enviado a las asociaciones de padres de alumnos de los centros educativos de la localidad.

El alcalde concluye que no han recibido ninguna llamada del Sergas desde que los ayuntamientos de A Illa y Ribadumia hicieron público su malestar por la falta de un pediatra estable.

Las cuentas

En la sesión de anoche se aprobaron también las cuentas correspondientes a 2017. El Ayuntamiento cumple tanto la regla de gasto como el principio de estabilidad presupuestaria, y cerró el año con una capacidad de financiación de 560.000 euros, y con un remanente de tesorería para gastos generales (superávit) de 730.000 euros.

Unas cifras que según el grupo de gobierno avalan su política en materia económica y la buena salud del ente municipal.