Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Una cuerda demasiado floja

Los alumnos de la Escola de Música de Cambados solo tienen garantizados dos meses más de curso y los profesores tampoco tienen asegurada su continuidad en el centro

Los alumnos regresaron a las aulas de A Xuventude el pasado miércoles. // Noé Parga

La situación de la Escuela de Música de Cambados parece que se ha normalizado tras el convenio firmado sobre la bocina entre la empresa Art Arousa y el edil de Cultura Víctor Caamaño.

Pero es solo una apariencia, un espejismo, que mantiene la incertidumbre en una plantilla a la que se renovó el contrato por solo dos meses pues en ese tiempo tendrá que resolverse el concurso para la adjudicación del servicio educativo-musical.

El proceso llega a deshora, cuando el curso ya ha superado el primer trimestre y se encamina hacia el ecuador, pues ya debería haberse cerrado antes de comenzar las clases en el mes de octubre.

"Art Arousa" es una empresa que nació al albur de la crisis económica, cuando el exministro Cristóbal Montoro resolvió que los Ayuntamientos no tenían potestad para crear ni gestionar centros de este tipo. Era la solución del momento.

Los profesores que impartían las clases de las distintas disciplinas se encontraron de un día para otro con que ya no prestaban servicios para el Ayuntamiento por lo que si pretendían continuar impartiendo clases en el conservatorio deberían ser contratados por una empresa y que fue creada por los propios profesores para salir del atolladero.

El Ayuntamiento que entonces dirigía el popular Luis Aragunde tomó la determinación de suscribir el convenio con Art Arousa para continuar el mismo ritmo académico que se demandaba en la localidad del albariño.

Pero aquella adjudicación era solo por cuatro años, prorrogables por un único período de cuatro años más si nadie denunciaba el pliego, como ocurrió.

Los ochos años transcurrieron ya por lo que parecía lógico que el nuevo concurso se hubiera cerrado antes del comienzo de las clases en octubre.

No fue así. El actual gobierno permitió que la empresa cultural concluyese la anualidad para sacar el nuevo proceso de selección.

Esa procrastinación condujo la situación casi al desastre pues llegaron las vacaciones navideñas, las exigencias de algunos técnicos y otros obtáculos administrativos, y los niños de la Escuela de Música se quedaron de puertas afuera.

Víctor Caamaño se las agenció para que ese primer día ya quedase resuelto el "problema administrativo", de modo que el miércoles se retomaron las clases con normalidad. La única salvedad es que el nuevo contrato solo tiene una vigencia de dos meses, por lo que el curso se encuentra en equilibrio pero sobre la cuerda floja.

Pocos ponen en duda que Art Arousa se presente de nuevo al concurso para seguir impartiendo clases a los 200 niños de la localidad. Pero tampoco resultaría descabellado que hubiera otras opciones y de ahí la incertidumbre, tanto de profesores como de padres y alumnos.Con un hipotético cambio en la gestión, el curso académico sufriría alteraciones pero sobre todo la plantilla de profesores corre riesgos de perder su empleo.

Cierto que la actividad docente que imparten no es la base económica principal de ninguno de los 17 profesores de la plantilla, pero supondría un contratiempo económico de cierta magnitud.

La opción más razonable parece que pasaría por la subrogación a la nueva empresa, idea que parece defender Caamaño, sin que se descarte un proceso judicial, no en vano algunos integrantes de la plantilla llevan casi quince años cubriendo plazas que en su dia fueron municipales.

De ahí que no sea descartable que alguno o todos presenten una reclamación exigiendo la reincorporación a su antigua plaza como trabajador municipal, lo que dejaría al gobierno sin clave de sol.

Compartir el artículo

stats