Un total de 228 libros en una estantería de cristal, una televisión, 14 cuadros, un reloj de pared, una estatua de una Virgen, ocho jarrones, una caja de monedas, dos altavoces, tres DVDs, un amplificador, una estufa, un CD, dos candelabros, trece trofeos. Estos son solo algunos de los múltiples objetos que figuran en el inventario realizado en presencia de una notaria por el Instituto Social de la Marina (ISM) sobre el contenido que había el 19 de octubre de 2018 en el local de la Casa del Mar de Vilagarcía que el club de jubilados ocupó durante más de medio siglo, antes de ser desalojado el pasado mes de junio.
El ISM quiere reformar todo el edificio y para ello, alegando "motivos de seguridad", a principios de verano valló todo el perímetro del inmueble, impidiendo el acceso al mismo. Actualmente la obra ya está en proceso de licitación por importe de 7,7 millones de euros y las empresas pueden presentar sus ofertas durante todo este mes.
Antes de sacar a concurso la millonaria reforma, el ISM accedió al local de los jubilados para vaciarlo. El director provincial ya se había reunido previamente con el colectivo pero este rechazó retirar los enseres del bajo porque no tenían a dónde llevarlos, ya que tanto en aquel momento como a día de hoy carecen de una reubicación distinta a la alternativa del centro sociocomunitario de O Ramal que les ofreció la Xunta pero que, según la asociación, no dispone de espacio.
Por tanto el ISM decidió recurrir a una notaria y a un cerrajero para entrar al local y trasladar la mayoría de los objetos al centro de formación de Bamio. En total, la empresa de mudanzas transportó 17 cajas precintadas.
En su interior hay, además de los enseres citados anteriormente, distintas piezas de loza, un juego de bingo, siete tableros de ajedrez, varios juegos de fichas de parchís, un tapete de juego de cartas y 47 juegos de barajas.
De un cuarto "que se supone que es el despacho del presidente de la asociación", reza el acta notarial, se sacaron una máquina de escribir, dos cajas de ficheros, una grapadora, un libro de actas, otro de contabilidad, un juego de dominó, dos archivadores con documentación, etcétera.
En el local de la avenida de A Mariña quedaron estanterías, cajoneras, mesas de madera, decenas de sillas, sofás, un paragüero y colgadores verticales. Los jubilados replican que el inventario no está completo y faltan cosas.
