La proliferación de vertidos incontrolados en el rural vilanovés es un mal endémico difícil de corregir. Aunque la administración local puede tener parte de culpa por no contar con servicios como un Punto Limpo, los principales responsables son aquellos que continúan considerando el monte como el lugar donde abandonar todo tipo de desperdicios, sin tener en cuenta el entorno y el daño que provocan. Los últimos vertederos incontrolados se han localizado en la zona de San Miguel de Deiro, donde en varios puntos se han arrojado todo tipo de desperdicios, desde sillas a juguetes usados, pasando por escombros de obra.

Los propios vecinos de la zona reconocen estar hartos de una situación que se repite con excesiva frecuencia y que además de la mala imagen que ofrece a los visitantes -en las proximidades se encuentra un tramo de la Variante Espiritual-, puede convertirse en un foco de problemas medioambientales importante.

Entre el vertedero incontrolado se encuentran cuestiones como restos de una embarcación, escombros, colchones, restos de podasen viñedos y otros elementos de difícil eliminación, sobre todo en un entorno natural como es el que ocupan. Es más, en esa zona se llegó a declarar el pasado año un pequeño incendio del que no se descarta que la proliferación de escombros y basura pudiese estar detrás, bien para su eliminación por parte de los que han arrojado esos restos, bien de forma accidental a causa de uno de los cristales que se encuentran en ese punto.

La parroquia de San Miguel de Deiro es una de las que sufre con mayor virulencia la presión de los vertederos incontrolados, pero no la única, ya que también se han denunciado en lugares como Caleiro, Corón, András o Baión, las zonas más rurales del Concello y donde existen mayores "facilidades" para arrojar este tipo de residuos sin ser visto. Esos vertederos permanecen en ese punto durante meses, e incluso, años, sin que desde la administración local se haga nada. Es precisamente esa falta de implicación por parte del Concello a la hora de retirar todos estos vertederos lo que cuestionan muchos de los vecinos que se encuentran con esta situación. Es más, alertan de que "si aparece uno, es raro que, a los pocos días, no se vea ampliamente incrementado con un nuevo vertido, por eso es necesario que los retiren cuanto antes", explicaba ayer uno de los vecinos indignados.

Hace más de una década, el Concello llegara a poner en marcha una serie de patrullas, formada con voluntarios de Protección Civil de Vilanova, con el objetivo de reducir esta problemática e identificar a los responsables de los vertederos incontrolados. Sin embargo, aquella experiencia apenas se mantuvo y de ella tan solo queda un patrol rotulado que utiliza el servicio de obras del Concello de Vilanova. Desde aquella ocasión, el Concello de Vilanova no dio muchos más pasos para evitar los vertederos, más allá de ofrecer la posibilidad de recoger los enseres a aquellos que se quieran deshacer de ellos una vez a la semana.