El Instituto Social de la Marina (ISM) publicaba hace unos días la licitación de la reforma integral de la Casa del Mar de Vilagarcía por importe de 7,7 millones de euros, la mayor inversión pública de los últimos años en la comarca en materia de infraestructuras. En una reciente misiva, el director provincial del organismo comunicaba al presidente del club de jubilados que "dada nuestra necesidad de promover de forma urgente las referidas obras en el edificio, este ISM se ha visto obligado a la retirada de las mismas [en alusión a las pertenencias de la asociación], para lo cual requirió una actuación notarial a fin de presenciar y dar fe de la apertura de la puerta de acceso y cambio de cerradura, dejar constancia de los objetos que se encuentran en su interior, así como que dichos objetos se depositan en cajas cerradas y precintadas para su transporte al Centro Nacional de Formación Marítima de Bamio, en donde quedarán custodiadas hasta su retirada por sus propietarios".

Esta carta ha agudizado el conflicto abierto entre las partes desde hace meses, pues los jubilados fueron desalojados de las instalaciones en junio de 2018 sin una reubicación que les convenciese. "La Xunta fue la única administración que nos dio una alternativa, y solo la casa de los ladrillos, donde no caben nuestras cosas", dice el presidente de la asociación, José Cao, en referencia al centro sociocomunitario de O Ramal.

Antes de que el director provincial del ISM enviase la carta a Cao, ambos se reunieron físicamente para abordar la retirada de los enseres (ahora metidos en 17 cajas). El representante de los pensionistas alega que no tenían sitio alguno para guardar todas las pertenencias, entre las que se encuentran muebles y libros, por lo que el ISM decidió acceder al interior del local con la presencia de una notaria.

Esta acción ha puesto en pie de guerra a los jubilados, que manifestaron al Instituto Social de la Marina su malestar, también mediante una carta en la que le reprochan que la retirada de todo el contenido del local no se haya realizado en presencia de alguno de los miembros del club. Consideran esa incursión de "enorme gravedad".

En la misiva el colectivo que preside José Cao advierte de que el inventario que recoge el acta notarial está incompleto, pues falta incluir dos bandejas metálicas, dos calefactores de pared, unos tapetes, periódicos con artículos referentes a la Casa del Mar y al club, dos dominós, un libro de socios, tres mesas, una veintena de sillas y un cajón de la mesa de oficina con naipes, bolígrafos y documentos.